Cine por venir. Movimiento e infraestructura para un nuevo cine como proceso de resistencia
En noviembre de 2005, Jean Baudrillard viajó a Madrid para recoger la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes y dejó dicho en aquella conferencia: “Decididamente, hoy en día es preciso luchar contra todo lo que nos procura bienestar: porque el secreto de la hegemonía consiste, precisamente, en el levantamiento de las prohibiciones y en la suspensión de todo el sistema de valores que llevan asociadas, en la permisividad, en la tolerancia y en la transparencia excesivas” [1]. En enero de 2013, Cine por venir arranca un pedazo al cuerpo tumefacto en que se ha convertido la realidad cultural en Valencia por encargo del poder político, y en el hueco construye un discurso con actitud y estrategia signadas por la complicidad de todos sus actores: creadores, público y organización, y donde la clave sintáctica activa el contacto de la imagen contemporánea y del cine con una experiencia de realidad con los códigos extendidos, porque el modelo postula la colectivización de la resistencia.
En enero de 2014, Cine por venir, con base operativa en Las Naves Espacio de Creación Contemporánea en Valencia, inaugura su segunda temporada. Este propone un espacio diseñado para alojar el planetario de la imagen en movimiento, dotándolo de una mecánica útil al encuentro del cineasta independiente con el público interesado, para que el nuevo cine, incluso la obra en proceso, se ejecute como primicia performativa ante un foro poliédrico que entiende el cine como motor de colectivización de una experiencia, como un flujo de reflexión colectivo que lleva a pensar en la noción de postcinema que José Luis Brea define como desbordamiento de fronteras entre documentación y literatura, narración e información, o cine y televisión [2]. Este flujo o motor se sitúa frente a otros contextos de visualización superados como pudieran ser las salas de la industria u otros que así se vaticinan, los centros de arte contemporáneo [3]. Nada en Valencia se asemeja a Cine por venir y sus tres ramas: IMAGEN ofrece proyecciones y cine-forum; ACCIÓN desarrolla actividades formativas de creación y reflexión; y PALABRA es el encuentro de las partes con el profesional del cine incluyendo mesas de debate, presentaciones y visionados. Nada sucede en una sala oscura, sino en un espacio común donde realidad y representación son perceptibles, diferenciables y no aislacionistas. A estas ramas se suma, en 2014, una cuarta, PANTALLA LOCAL, una propuesta expositiva de autores que vinculan ambas ediciones mediante su participación en ACCIÓN 2013 y la presentación en 2014 de proyectos que orbitan la autobiografía, y que plantean dialécticas de contrarios sobre creación e imagen. Cine por venir se impone al silencio como contexto de los malditos, contexto al que la industria del cine y su tendencia hegemónica relega al cinema expandido y a su creador, al cine de no-ficción, a la creación audiovisual como cuestionamiento y lenguaje exploratorio de tiempos y espacios que no se pueden orquestar ni apilar en un patio de butacas. Una industria que rechaza la propuesta de una poética como empresa de riesgo personal y que puede acabar convertida en un riesgo generalizado, pues la caída de estereotipos revela la fenomenología de lo débil en el pensamiento dominante.
Si hay un cine expandido, hay un cineasta expandido. Si Cine por venir nutre una parte de su programación con estas creaciones, es porque entiende el cine como proceso, como nueva conciencia; como afirmó Víctor Berlín, programador y responsable del archivo PLAT [4] y ponente de PALABRA 2014, su labor y la de otros muchos que trabajan en el contexto del cine también se encuadra dentro de lo que hoy es “ser” cineasta. Porque el cineasta que se aleja del cine convencional, aparece condenado al ostracismo y a asumir el romántico voto de pobreza del artista, como sugirió Sergio Oksman, realizador participante en PALABRA 2014. Oskman no dudó en describir el borde del precipicio económico que debe recorrer el realizador comprometido, silenciado por la industria y la Academia del cine. Claro que este también propuso una mirada analítica y sobrecogedora, desnudando sus pasos durante ese proceso de ceguera que a veces desemboca en el “creo que tengo una película”, y que —como espacio para mostrar y analizar esto— vuelve tan valioso a Cine por venir. Un empobrecimiento del cineasta que maquilla el glamour de los festivales, constatable y creciente, algo que corroboró León Siminiani, guionista y director que participó además de como ponente en PALABRA 2014, como presentador de su trabajo Mapa (2012), film galardonado con el premio al Mejor Documental Europeo en el SEFF 2012 y que fue nominado al Goya 2013. Siminiani no vaciló al dar fe del naufragio de la economía personal del cineasta, a pesar de la gira promocional no remunerada impuesta por una pseudoindustria que desvaloriza la creación. El cineasta proyecta, la industria invade. Dialogar y escuchar a Siminiani sobre su proceso, donde imagen en movimiento y palabra ceden sus cuerpos en favor de la síntesis, supuso uno de los grandes instantes de la edición 2014. Como también verificar la intercomunicación de las dos ediciones de la mano de Mercedes Álvarez, que en 2013 presentó su magistral Mercado de Futuros, movilizando grandes dosis de sentido crítico y estético en torno a las nociones de realidad y representación, y que en 2014 conduce el taller sobre lenguaje documental.
Como el año anterior hizo Andrés Duque en su masterclass Sobre Qué, Cómo, Para quién hacer cine hoy, en 2014, el Colectivo Los Hijos dirige el taller Una panorámica por el experimental, y más tarde, presenta su nueva creación, Árboles (2013). Catalogada por Cahiers du Cinema España como una de las diez mejores películas internacionales en la categoría “Cine invisible”, su primer largometraje, Los materiales—premiado con el Jean Vigo a la mejor dirección, entre otros galardones— indica que hace tiempo las señales están servidas: lo incómodo también obtiene su premio en el fordismo industrial que intenta racionalizar, ceremoniar y mantener bajo control aquello que no controla para, desde su mal disimulada sospecha, estetizar y sumar a su dote democrática la producción cultural que no ha surgido bajo la sombra alargada del mainstream de los últimos setenta años [5].
Una semana antes de presentar Árboles, Cine por venir programa otro ejemplo de resistencia. El cineasta, escritor y productor Pablo Llorca, pionero de la autogestión en el cine español, contextualiza su Un ramo de cactus (2013). Dos semanas más tarde, durante su ponencia en PALABRA, la directora Virginia García del Pino, analiza nuevos formatos de grabación y de reproducción, junto a nuevos canales de difusión y financiación. Su trabajo de no-ficción, centrado en el proceso, muestra esos fragmentos repletos de puro cine que trascienden la experiencia del visionado habitual de la obra concluida para presentar fragmentos mojados por el esfuerzo íntimo y secreto que se manifiesta en sus piezas inacabadas, y en su particular manera de concebir el uso de la cámara y del sonido. Momentos antes, Gloria Vilches elabora un repaso por la programación realizada en Xcèntric-CCCB, en Barcelona. Un detalle que resulta revelador tiene que ver con la experiencia del público: el visionado de cine se realiza en un contexto donde no se puede socializar la experiencia, es decir, no se dispone de un espacio donde el espectador del film pueda colectivizar su experiencia sobredimensionándola.
Detenido el tiempo de los largometrajes, IMAGEN 2014 se desarrolla en otro tiempo-espacio dentro de lo colectivo y reflexiona sobre la poética y el sentido de la imagen contemporánea en mediometrajes exploratorios de lo considerado transversal en el campo de las bellas artes. A través de la obra del holandés Johan van der Keuken y del matrimonio francés Jean-Marie Straub y Danièle Huillet, o de Naomi Kawase e Isaki Lacuesta en 2013.
Frente al vaciado de conciencia originado por la suspensión de los sistemas de valores que describe Baudrillard en su conferencia en el CBA de Madrid, se encuentra la independencia que va conquistando la voz interna, esa dote que acumula la conciencia de quien practica la introspección. Ella es la que posiciona al cineasta entre el principio de permisividad excesivo y un maniqueísmo que, en principio, resulta contradictorio cuando se aplica al creador. El nuevo cineasta independiente produce inmerso en una infraestructura expandida caracterizada por la secularización de la tecnología y por la inmersión de su espectador en una representación global que suprime toda distancia y que pone fin a la ilusión estética [6]. Pero en cierta manera, los nuevos circuitos nos hablan de una colectivización de la producción de imagen, pero también, de una toma de conciencia que evidencia que el espectador expandido puede ser capaz de experimentar una nueva ilusión estética, con el patio de butacas abolido, obteniendo la distancia necesaria a la representación de triangular su posición [7].
Cine por venir, dirigido por Álvaro de los Ángeles y Sonia Martínez, ha generado un espacio nítido y comprometido con el cambio de paradigma ante la imagen en movimiento, su exhibición y la figura del cineasta expandido —sea hasta donde sea que alcance esta figura no aislacionista— y están trabajando por la conformación de una infraestructura como factor de cambio y soporte de nuevas prácticas artísticas, sociales y filosóficas, producidas desde los márgenes y proyectadas desde lo colectivo. Si Cine por venir es una imagen que está llegando, si esa imagen no pertenece al poder, y si su naturaleza no es hegemónica sino independiente, entonces esa imagen que está por venir es portadora, al menos, del principio de resistencia [8].
Notas bibliográficas:
[1] BAUDRILLARD, JEAN: El juego del antagonismo mundial o la agonía del poder, Traducción de Marisa Pérez Colina y Ana C. Conde, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2006, p. 15.
[2] BREA, JOSÉ LUIS: “Transformaciones contemporáneas de la imagen-movimiento: postfotografía, postcinema, postmedia”, Acción Paralela: ensayo, teoría y crítica de la cultura y el arte contemporáneo, Nº5, 1999.
[3] RUEDA, ANGEL. Metrópolis nº 1052. www.metropolis.tve.es. Emisión del 22 de mayo de 2011.
[4] PLAT es una plataforma sin ánimo de lucro (y sin ayudas), un archivo fílmico que materializa el salto de la autoproducción a la autoexhibición, y que funciona como nodo de una red implicada en la propia experiencia creativa. En Línea: http://plat.tv
[5] MARCUSE, HERBERT: El hombre unidimensional, Traducción Antonio Elorza, Ariel, Barcelona 2009, p. 95.
[6] BAUDRILLARD, JEAN: Violencia de la imagen, violencia contra la imagen. Traducción de Marisa Pérez Colina y Ana C. Conde, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2006, p. 65.
[7] Distancia entre espectador y representación en el sentido crítico y transformador que demandaba Bertolt Brecht (Verfremdungseffekt.) Frente a inmersión y catarsis, posición crítica triangulada con los tres satélites de Cine por venir: imagen, palabra y acción.
[8] BAUDRILLARD, JEAN: El juego del antagonismo mundial o la agonía del poder, Traducción de Marisa Pérez Colina y Ana C. Conde, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2006, p.39.