Idea Home Show: La casa como lugar político
La vivienda ha sido entendida históricamente como un espacio que ofrece protección y cobijo; como un refugio, un lugar para descansar, para la intimidad, la introspección, para compartir y construir relaciones personales. Pero estas ideas ligadas a lo que comúnmente entendemos por hogar han ido alterando gradualmente su significado como consecuencia de las diferentes crisis del siglo pasado, incluida la inmobiliaria que se sufre en cada gran ciudad del mundo. La vivienda es hoy únicamente accesible para aquellos privilegiados que pueden pagar los altos precios del mercado o para los que especulan con su valor; lo que es especialmente visible en las ciudades globales como Londres, Nueva York o Singapur, pero también en gran medida en contextos como el de Barcelona, donde el turismo avanza incesantemente como uno de los mayores agentes gentrificadores de la ciudad. Por lo tanto la casa, desde los comienzos del capitalismo, se ha convertido en una mercancía, desligada de sus usos sociales y de las comunidades en las que anteriormente estaba insertada. Estas circunstancias han golpeado duramente, sobre todo, a la clase trabajadora y a todos aquellos grupos sociales en situaciones de extrema precariedad. Son también ellos quienes se ven inmersos en deudas eternas y abusivas para pagar sus alquileres o hipotecas, quienes son desplazados debido a implacables procesos de renovación urbana y quienes tienen que soportar las consecuencias físicas y psicológicas de vivir bajo una constante presión y violencia residencial. Podemos argumentar, por tanto, que la cuestión de la vivienda tal y como fue descrita por Frederick Engels ya en 1872 [1], o más recientemente por Itziar González en su lucha contra la corrupción en el distrito de la Ciutat Vella en Barcelona [2], sigue siendo un gran problema que afecta a multitud de personas en distintos aspectos de sus vidas. Un problema que despierta numerosas contradicciones y que nos envuelve en una suerte de paradoja que pone en evidencia la relevancia de la autoorganización y la lucha colectiva allí donde los procesos de gentrificación tienen lugar.
El mundo del arte no ha sido ajeno a la cuestión de la vivienda. Por ejemplo, los artistas, al igual que otros agentes culturales, sufren las consecuencias del problema pero también contribuyen a él debido a que su presencia y actividad en ciertos barrios puede potenciar la gentrificación o elitización de esas áreas urbanas. Es por eso que muchos artistas han tomado una posición crítica al respecto y han hecho de su obra una herramienta para combatir la especulación y para visibilizar los abusos del mercado de la vivienda y sus consecuencias sociales. Es el caso del colectivo Claire Fontaine que con su trabajo Some Instructions for the Sharing of Private Property (Algunas instrucciones para compartir la propiedad privada) alude a la okupación como un método para luchar contra la escasez de viviendas asequibles. En particular, despliega las páginas de un manual de instrucciones con profusión de imágenes didácticas donde se explica cómo forzar cerraduras para acceder a una propiedad en desuso. Otro ejemplo es Sorting Out Other People’s Lives (Arreglando la vida de otras personas), un proyecto de fotografía y collage en el que el artista Stephen Willats muestra la vida doméstica de una mujer que reside en una vivienda social y en varias viñetas, que combinan colores con líneas conectoras, describe su actividad como parte de la Asociación de Inquilinos y la Oficina de Asesoramiento Ciudadano, haciendo así hincapié en cómo los individuos se empoderan para cambiar su realidad social. Ejemplos como estos han ayudado a construir el imaginario de algunos museos a la hora de abordar la cuestión de la vivienda y tanto el trabajo de artistas como el descubrimiento y la incorporación de campañas activistas en las exposiciones, les ha servido para ilustrar el problema.
En este sentido merece destacarse Idea Home Show, proyecto de MIMA (Middlesbrough Institute of Modern Art): una institución situada en el centro de la joven ciudad de Middlesbrough (Inglaterra) que abrió sus puertas en 2007 y que bajo la dirección de Alistair Hudson (codirector de la asociación Arte Útil [3]) ha comenzado a definirse como un museo útil que desea dar respuesta a los problemas sociales actuales, acogiendo grupos de educación y jornadas comunitarias en las que el museo se abre para compartir almuerzo y debates sobre preocupaciones locales con sus vecinos. Por ello no sorprende que este proyecto suceda ahora en MIMA.
Idea Home Show, mediante la exposición de trabajos como el de Claire Fontaine, talleres y debates públicos, se fija en la casa como un lugar político. Dividida en cuatro salas bajo diferentes títulos y temáticas, la muestra ofrece varias perspectivas sobre el futuro de la vivienda y su actual problemática social. Una de las piezas clave en esta exposición es Savage Ground, Mouse’s Back (Terreno salvaje, el ratón está de vuelta), un vídeo, desarrollado por Asylum Color Coding Research Unit, que sirve como hilo conductor para muchas de las historias presentadas en esta exposición y que se encuentra nada más entrar en la galería dedicada a “The Housing Question” (La cuestión de la vivienda). El trabajo reflexiona sobre cómo las estructuras de poder clasifican de manera aleatoria a los individuos y su repercusión en sus formas de alojamiento. De este modo se muestran imágenes, tweets y entrevistas sobre la polémica surgida en los medios en 2016 a raíz del descubrimiento de que las puertas de las casas de todos los solicitantes de asilo en Middlesbrough habían sido pintadas de rojo por una empresa contratada por el gobierno para gestionar su alojamiento.
“The Housing Question” pone especial atención en los aspectos teóricos y las reflexiones históricas sobre la cuestión de la vivienda, combinando en el mismo espacio propuestas artísticas, documentación, e imágenes de proyectos urbanísticos y arquitectónicos que ofrecen modelos alternativos de residencia. La sala se encuentra dominada por citas de la obra pionera de Engels que, impresas en paneles rojos y blancos, rodean por completo la parte superior del espacio. Los extractos textuales ponen de manifiesto tanto las precarias condiciones residenciales de los trabajadores en los primeros tiempos de la industralización, como la solución socialista de eliminar el sistema de producción capitalista. Este formato expositivo que tiene una gran efectividad visual —la abigarrada disposición de los objetos que podrían en otro caso transmitir una sensación de caos— se compensa con la uniformidad cromática de cada sección. La habitación aúna trabajos y representaciones de diferentes disciplinas (arte, arquitectura, activismo o urbanismo) invitando al espectador a curiosear por el espacio como si de un archivo se tratara: hojear los libros en las mesas de consulta o navegar por los proyectos online que son accesibles en pantallas distribuidas por la sala. El público visitante, gracias a todo este material y al carácter sencillo y pedagógico de las descripciones, puede conectar fácilmente con la realidad actual del problema y reflexionar sobre las respuestas que se ofrecen en este espacio.
La exposición continúa a lo largo de otras tres salas que analizan otros ángulos del mismo tema; Untitled (City Plan) reúne obras pertenecientes a la colección de Middlesbrough en las que se explora la evolución del diseño del paisaje urbano y los problemas que suscita la planificación del espacio en la ciudad. En otra de las salas, “A Room of Our Own” (La habitación de uno), destaca el trabajo de artistas que con su obra contribuyen a crear espacios útiles y agradables además de invitar a rediseñar y a apropiarse del espacio en el que vivimos. Por último, Assemble, Granby Workshop: Products and Processes presenta una reproducción a escala del taller Granby que el colectivo Assemble desarrolló en Liverpool en colaboración con residentes del barrio Toxteh. El proyecto, que sigue activo, enseña y proporciona empleo a residentes locales, que mediante el uso de materiales sencillos, baratos o reciclados producen objetos decorativos y de distintas utilidades para el hogar.
Por supuesto no todos los proyectos abren un horizonte completamente esperanzador. Artistas como Assemble han sido muchas veces cuestionados —especialmente desde que recibieron el prestigioso premio Turner— porque sus diseños se encuentran en el punto de mira de nuevos inversores y por lo tanto su trabajo podría contribuir una vez más a la gentrificación y acabar desplazando a los mismos colectivos con los que han estado trabajando. Sin embargo, cabe destacar que ellos mismos también han tratado de evitar esa situación tomando medidas tales como añadir una cláusula antigentrificación en los contratos de venta de las casas victorianas que restauraron en Liverpool [4]. Por otro lado, MIMA plantea esta exposición como parte de una iniciativa más amplia que se activa a través de talleres y charlas públicas en las que se investiga el problema de la vivienda en profundidad y se debate con los habitantes locales sobre sus preocupaciones y experiencias específicas. La posición que MIMA defiende con este proyecto es un esbozo de las iniciativas que se han generado o que siguen vigentes en la lucha contra la gentrificación y el problema de la vivienda. Estas aproximaciones son extremadamente necesarias ya que dan visibilidad a un problema inherente a la sociedad capitalista desde hace mucho tiempo, y también a otras respuestas que están formándose tanto dentro como fuera de la institución artística, como ocurre con la reciente apertura del Centro Social Okupado La Ingobernable en Madrid o las Jornadas de Arte y Creatividad Anarquista (J.A.C.A.) que el EKO celebra anualmente en su espacio de Carabanchel. Ambos, son espacios que tanto por su contexto como por su actividad hacen que las fronteras entre cultura y política sean cada vez más permeables. Todos estos proyectos están, en definitiva, planteando debates urgentes y dándonos pistas de cómo utilizar la cultura como campo de pruebas para las luchas por el espacio que están por venir.
Notas bibliográficas:
[1] La cuestión de la vivienda es un concepto que ya fue introducido por Frederick Engels en 1872, que a lo largo de una serie de artículos publicados en el periódico Der Volksstaat describió la escasez de viviendas asequibles y dignas como un problema inherente al modo de producción capitalista. ENGELS, FREDERICK: The Housing Question, 1872.
[2] En línea en: http://www.elperiodico.com/es/dominical/20140219/itziar-gonzalez-3117332 [última consulta realizada el 12 de febrero 2018].
[3] Arte Útil toma como punto de partida los dos significados asociados al término: arte que produce provecho y arte como utensilio. Arte Útil se basa en el pensamiento artístico para imaginar, crear e implementar tácticas que cambien nuestra forma de actuar en la sociedad.
http://www.arte-util.org [última consulta realizada el 12 de febrero 2018].
[4] En línea en https://artreview.com/news/news_5_dec_2016_assemble_houses_sold_with_anti-gentrification_clause/ [última consulta realizada el 12 de febrero 2018].