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#TomandoLaTemperatura: Alicia Ventura

#TomandoLaTemperatura: Alicia Ventura

Historiadora del Arte por la Universidad de Valencia y músico de…

Editorial Concreta: Desde hace años, los diversos programas que promueve DKV han puesto en marcha acciones destinadas a mejorar la salud de las personas mediante la producción artística que, asimismo, está respaldada por una serie de becas, premios y colaboraciones que han activado una colección de arte —a los cuidados de Alicia Ventura y la asesoría de Juan Bautista Peiró—, una agenda de exposiciones, así como una variedad de proyectos situados en contextos específicos como por ejemplo la Cátedra en Arte y Salud en la Universidad Politécnica de Valencia-UPV de 2007-2017 o el programa de intervención artística desarrollado en el Hospital de Dénia Marina Salud desde 2009.

No cabe duda que, en una situación de excepcionalidad como la que estamos experimentando, una pandemia global que ha irrumpido como una tormenta perfecta y que ha puesto sobre las cuerdas las estructuras de gobierno globales y las políticas de cuidados, las premisas sobre las que se ha trabajado hasta ahora deben volver a evaluarse, formularse y, en el mejor de los casos, afianzarse para propiciar un entorno social y afectivo que nos permita recuperar los espacios de la vida y del arte más allá de las pantallas. Así que, empecemos con lo primero, en vuestra opinión, ¿cómo está la salud cultural en el estado español? ¿Cómo ha afectado la situación actual a vuestras iniciativas y voluntades de unir arte y salud? ¿Cuáles son las urgencias que atraviesan y los desafíos que afronta DKV?

Alicia Ventura: Para DKV el apoyo a la cultura en el más amplio sentido del término siempre ha estado presente, antes de la pandemia y ahora también, pero, no cabe duda, de que una situación como esta hace saltar las alarmas acerca de temas tan fundamentales como la salud del planeta, las desigualdades y los nuevos retos.

Sin duda, la cultura es un elemento de innovación que pone al servicio del ciudadano diferentes herramientas de evolución: nuevos lenguajes con los que expresar las necesidades de la sociedad. Ahora, más que nunca, hay que ayudar a los diferentes sectores artísticos a través de becas, premios, adquisiciones y distintas iniciativas. Desde la galería hasta el usuario final de un museo y pasando por todos los agentes intervinientes, DKV trata de ser motor de impulso, especialmente entre los más jóvenes.

EC: Vuestro programa comenzó vinculado más estrictamente al binomio arte-salud, sin embargo, con el tiempo, habéis ampliado la actividad hacia otras aproximaciones desde y hacia el arte, una complejidad que también se manifiesta en la colección a la que dais forma. ¿Cuáles fueron las razones para extender la influencia de DKV? ¿Veis al mundo de la cultura más interesado en unir arte y salud en el momento actual como por ejemplo sucede en UK con la labor que lleva a cabo la Wellcome Collection en torno a cuestiones como la inclusividad, la gestión de la diferencia y el trabajo no normativo? ¿Qué papel representa vuestra colección en la sociedad y cómo creéis que esta visión se ha visto afectada por la pandemia?

AV: La pandemia ha puesto de relieve, más si cabe, la importancia de la salud: física y mental. Se valora más el trabajo de los sanitarios y la necesidad de humanizar los espacios para la recuperación de los enfermos. Todos tenemos en la retina las imágenes de aquellos pacientes, delante del hospital del Mar, disfrutando del aire en el paseo marítimo de Barcelona. El papel del arte como instrumento sanador que desde DKV hemos apoyado desde hace años es algo que ya nadie puede cuestionar.

Por otro lado, la apuesta que desde la compañía venimos haciendo por poner en valor el fotoperiodismo, como una manera de conmemorar los veinte años de nuestras acciones en responsabilidad social, se ha visto refrendada en estos tiempos por la necesidad de contar con imágenes cuya grandeza escapa a las palabras lo que estaba sucediendo en los hospitales, las residencias, las calles en esos meses. Exposiciones como COVID Photo Diaries o la recientemente inaugurada Curarte de Tino Soriano, son claros ejemplos de la fuerza del fotoperiodismo para abrirnos los ojos ante realidades amargas.

EC: Pasemos a las becas, terreno en el que DKV tiene una gran influencia. Desde hace un tiempo, percibimos un creciente desinterés por el modelo competitivo que parece responder al estado de agotamiento en el que los más jóvenes, atletas de convocatoria, se encuentran. Como abordaba esta misma casa en un número editado por la generación más afectada (Concreta 13, Frágil, volátil y precario), la producción contemporánea sigue inmersa en un contexto acelerado de identidad-marca. ¿Consideráis que el modelo de la convocatoria necesita una renovación, particularmente ahora que hay un deseo de decrecimiento y de tiempos más dilatados? ¿Qué mecanismos y metodologías se pueden activar para trabajar en el largo plazo y realizar un acompañamiento más “sano” de aquellos que representan el futuro del sector en el que trabajamos? ¿Y de los más mayores? ¿Nos podéis hablar de la cuestión intergeneracional?

AV: Las becas son un instrumento para descubrir nuevos valores, sobre todo, pero es cierto que una política desde las instituciones y, por qué no, desde las empresas de apoyo a los artistas, tanto emergentes como consolidados, en su carrera a medio y largo plazo quizás sería más adecuada en cuanto a que les permitiría desarrollar su creatividad con mayor tranquilidad y libertad. Esta parte intentamos trabajarla a través de la compra de obra y de nuestra colección de arte corporativa.

La Colección DKV está formada por artistas españoles menores de 45 años, centramos nuestros esfuerzos en apoyar a los más jóvenes para lanzar sus carreras en un momento en que sacar proyectos adelante en general, y más concretamente en el mundo del arte, es complejo. Nuestro programa de becas de producción artística se enfoca en este mismo target, con el fin de lanzar las carreras en sus inicios, pero mantenemos una relación con nuestros artistas a futuro durante toda su producción para hacernos eco de sus proyectos y seguir colaborando a lo largo de su trayectoria.

Precisamente en los próximos meses se abrirán tres convocatorias de becas de producción artística nuevas: una en colaboración con Matadero Madrid, otra con el Ayuntamiento de Valencia y una tercera con Fundación Quo Artis, Fundación Plant-for-the-planet y Ayuntamiento de Granada.

EC: Mirando a los proyectos realizados desde DKV, nos damos cuenta de que la mayoría han sido desarrollados fuera del eje Madrid-Barcelona, en ciudades como Sevilla, Valencia, Murcia Gijón, Zaragoza o Palma, además de las actividades permanentes que abrazan esa idea del tiempo dilatado de la que hablábamos antes, en la Cátedra en Arte y Salud en la Universidad Politécnica de Valencia-UPV o el Hospital de Dénia Marina Salud. ¿Nos podéis contar cómo han evolucionado estas dos propuestas docentes e institucionales? ¿Creéis que DKV contribuye a dinamizar la escena menos visible o periférica de nuestro territorio? Si tuvierais que tomaros la temperatura, ¿cómo diríais que se encuentra DKV y qué proyectos desea propulsar en este 2021 tan determinante que acaba de empezar?

AV: La Cátedra DKV-Arte y Salud fue un proyecto muy interesante que se dilató durante diez años y del que salieron dos convocatorias con la intención de impulsar el talento artístico más joven: DKV Fresh Art y DKV Grand Tour. El Hospital de Dénia es un referente en temas de arte y salud, no solo porque se trata de un proyecto integral de arte en un centro hospitalario, sino por la celebración de cuatro ediciones del Congreso Internacional de Espacios de Arte y Salud, la quinta edición está de momento en espera de ver cómo evoluciona la situación sanitaria. El hospital es referencia en sinergias entre arte y salud y colabora constantemente en foros nacionales e internacionales, tanto en experiencias como en investigaciones.

El arte contemporáneo español no se encuentra centralizado, sino que se dispersa hacia las periferias, así cubrimos todos los aspectos que conllevan. La palabra «cultura» contiene mucho más allá que un territorio o temas delimitados, es por ello que nuestro arco de acción así se asemeja. La Cultura en mayúsculas es la suma de todas las que contiene el estado español. La temperatura del programa DKV Arteria no baja, sino que se va amoldando y transformando a las circunstancias.

Varios proyectos de becas se han visto más vinculados al cuidado del planeta o a los temas de la mujer y de la inclusión social por ser estos fuertes demandantes de la sociedad más progresista y avanzada. Una beca con Plant-for-the-Planet y Fundación Quo Artis para el cinturón verde de Granada o una beca con el Ayuntamiento de Valencia para mujeres artistas, tal y como ya hemos avanzado, son solo algunos ejemplos.

Así, las muestras de nuestra colección siguen estos criterios siempre acompañados de un proyecto educativo que es el motor de nuestra sociedad. Educación y cultura van ligadas de la mano como se verá próximamente en una muestra en la Fundación March de Cuenca donde ambas instituciones ponen en diálogo sus colecciones para hablar de arte contemporáneo de la década de los sesenta hasta la actualidad.

EC: En última instancia, no quisiéramos dejar pasar esta oportunidad para agradecer la colaboración de DKV con la Editorial Concreta gracias a la que podremos desarrollar un programa de investigación y publicación online en torno a la redefinición de las políticas de los cuidados que como sociedad afrontamos colectivamente. Seguir pensando juntas, para afectarnos, es una de las prioridades de nuestra plataforma.