El tiempo como coreógrafo. William Kentridge en la Deutsches Schauspielhaus de Hamburgo
"Hará unos diez meses, un día llamé a mi padre por teléfono. Quería contarle que me había llegado una invitación para las Norton Lectures de Harvard. ’Y…’, me replicó, ’¿vas a tener algo que decir?’ Yo: ’Pero oye, ser invitado a impartir unas conferencias como parte de las Norton Lectures es un gran honor.’ Él: ’Muy bien, ese honor ahora ya lo tienes. No hace falta que aceptes la invitación…’" Con estas palabras arranca la primera de las Drawing Lessons, un complejo espectáculo teatral concebido y dirigido (...)