Del 23 de mayo al 31 de julio de 2025
Alarcón Criado
Corpus: Notas sobre escultura, movimiento y performatividad
El cuerpo, ya sea escultórico, biológico o conceptual, no nace para permanecer inmóvil. En tanto que cuerpo, ha de relacionarse con otros cuerpos. Del mismo modo, la imagen —entendida como cuerpo visible, pero también como resultado de la imaginación y del ejercicio teórico— opera siempre de manera performativa y relacional. Pensemos, por ejemplo, en la imaginería y el uso performativo de lo que llamamos «las imágenes», que en este contexto hace referencia al arte de tallar o pintar imágenes sagradas en el ámbito católico. Se trata de imágenes hechas para ser puestas en circulación y para hacernos a nosotros circular alrededor suya. Esto suscita una primera pregunta: ¿qué ocurre cuando una imagen insiste en moverse? Esta cuestión, surgida en diálogo con el contexto donde se inserta esta galería —la muestra se inaugura durante las Cruces de Mayo en Sevilla—, pone en funcionamiento tanto las obras de los artistas invitados como nuestra propia situación, quizás más cercana a la de actores en un espacio teatral que a la de meros espectadores.
La exposición explora la tensión inherente entre lo escultórico como forma estable y su deriva hacia la acción, el tránsito y la performatividad. Lo que aquí se propone no es tanto una clasificación taxonómica, sino una revisitación del dilema clásico entre reposo y movimiento: una composición de cuerpos en el espacio a partir de una serie de notas, entendidas como apuntes abiertos al diálogo sensorial, perceptivo o incluso musical. Para ello, la muestra convoca a un grupo diverso de artistas cuyas prácticas, lejos de perseguir una unidad formal o temática, comparten una sensibilidad hacia lo poroso, lo transitorio y lo desplazado. Se trata de prácticas artísticas que resaltan la centralidad del cuerpo en todas sus posibles acepciones, que entienden los materiales como formas activas de pensamiento, que cuestionan sistemáticamente las categorías tradicionales de objeto, instalación, acción o documento, y que revelan cómo lo escultórico y lo somático pueden contener movimiento incluso en su reposo aparente. En lugar de reivindicar lo escultórico como volumen cerrado o presencia monumental, se despliegan aquí formas inestables: presencias móviles, rastros efímeros, máscaras, tejidos, coreografías de objetos y palabras que activan los espacios de la galería. No existe aquí un núcleo ni una secuencia evolutiva, sino una constelación de prácticas atravesadas por el deseo de pensar la imagen desde su capacidad para transformarse, afectarse y afectarnos.
El proyecto se articula en torno a tres ejes conceptuales —no entendidos como compartimentos aislados, sino como perspectivas de lectura entrelazadas y complementarias— que permiten aproximarse a las obras desde múltiples ángulos: Tránsitos, imaginería popular; Espigadoras, galerías; y Teatros ambulantes, tránsitos. Como un gesto de cierre performativo o a modo de epílogo, se ha propuesto la intervención del patio de la galería. Esto se realiza como retribución simbólica por el ofrecimiento del espacio desde el principio de este proyecto no como una galería cerrada, sino como un solar en construcción en el que la imaginación colectiva permita erigir nuevas formas de habitar la ciudad desde lo común. Por último, a lo largo del periodo expositivo, se llevarán a cabo una serie de activaciones que ampliarán el alcance de la muestra y las temáticas exploradas.