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Mercedes Pimiento en Alarcón Criado
Del 19 de septiembre de 2025 al 4 de noviembre de 2025

Alarcón Criado
Mercedes Pimiento

Homogeneización y flexibilidad pueden parecer términos opuestos, pero es precisamente la estandarización lo que permite la optimización del uso del espacio y de la circulación. Homogeneizar es aportar rigidez, en el sentido de que es necesario definir unas normas concretas y estrictas, no excederse para no convertirse en exclusivo o único, sino modularse para poderse adaptar a infinitas situaciones, encajar en múltiples contextos. Son estos conceptos presentes en casos de estudio fundamentales para la investigación de Mercedes Pimiento, quien lleva años construyendo un complejo cuerpo de trabajo artístico alrededor de las relaciones entre los cuerpos, los materiales y la arquitectura.

Algunos de los casos de estudio que funcionan como disparador para esta investigación y práctica son la Non Stop City, el proyecto especulativo de arquitectura utópica que el grupo florentino Archizoom desarrolló en los años setenta y en el que planteaban la disolución de la ciudad y de la arquitectura y su sustitución por un espacio interior continuo, homogéneo y potencialmente infinito en el que ya no prima la adecuación funcional sino la máxima flexibilidad; y las Zonas Francas, entendidas como puntos de contacto entre flujos materiales que sustentan un entorno urbano específico, normalmente colindante, pero cuyo urbanismo interno es global, indistinguible del resto de enclaves logísticos e infraestructurales del planeta.

Armazón y envoltura es una vuelta de tuerca más a una investigación que viene precedida por proyectos anteriores de Mercedes como Superficie Neutra (2022-2023), Less tan Container Load (2023) o Sin título. Una búsqueda que es un tanteo (2024-2025). No es habitual tener que, precisamente, armar y envolver un texto de una exposición con investigaciones o proyectos previos de una artista, pero no tengo dudas de que, en este caso, lo más justo es reconocer un largo camino de teoría y práctica que no es sencillo fragmentar y que es fundamental para comprender la complejidad y maravillosa síntesis que supone el trabajo que tenemos ante nosotros. No hacerlo sería esconder la estructura que sostiene este proyecto, cuyas piezas buscan precisamente todo lo contrario: hacer visible el comportamiento de los materiales y mostrar la infraestructura que las sostiene y las hace posibles.

Las piezas que conforman la exposición se disponen siguiendo la tendencia lineal del propio espacio de la galería, que podría tender hasta el infinito. Su ubicación concreta aparenta seguir una suerte de patrón a partir de conjuntos y repeticiones que podrían formar parte de una retícula, establecer un ritmo continuo. El tamaño de las piezas es equiparable al cuerpo, no las podemos sostener, pero tampoco nos albergan, su escala se encuentra entre lo doméstico y lo estructural, consiguiendo que nuestros cuerpos se conviertan en un módulo más de esta cuadrícula.

Los conjuntos nos hablan de continente y contenido, son piezas que pueden, de algún modo, contener —por eso las superficies cóncavas y convexas están tan presentes— pero que están hechas, al mismo tiempo, de su propio contenido. Los conjuntos nos presentan, también, el proceso artístico llevado a cabo por la artista para su ejecución. Como si se tratara de un animal que justo acaba de mudar su piel, vemos el comportamiento de los materiales en sus distintas fases a través de las infraestructuras que los han sostenido. Los materiales que han formado parte del proceso están presentes, no hay nada que esconder. Así, un cilindro de fibra de vidrio y resina —materiales poco atractivos para los estándares estéticos del imaginario común— soportan de forma visible en su interior medio cilindro de cera de abeja; o un molde de silicona se apoya sobre un DM, muy cerca de una pieza de escayola que ha servido también como molde para otra media esfera de parafina y cera vegetal. Podríamos seguir, casi sin fin, en este juego del dentro y el afuera, de armazones y envolturas que consiguen, de algún modo, rebajar, o más bien ensalzar, los materiales a un mismo nivel, democratizarlos, intercambiarlos.

Además de la trama conformada por la disposición de las piezas, el comportamiento de los materiales crea, en algunos casos, sus propias tramas y ritmos. Las piezas de parafina generan patrones vinculados a la campana de Gauss. Por su lado, en las piezas de cera de abeja aparecen tramas de contracción al pasar de un estado líquido a uno sólido y que corresponden con los patrones de Turing. Rayas y puntos que surgen naturalmente a partir de un estado uniforme y homogéneo, justamente —y para dar fin a este metaproyecto que también tiende al infinito—, la misma intención política que trataban de lograr los proyectos de arquitectura utópica mencionados anteriormente.

Marta Sesé

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