logo Concreta

Suscríbete a nuestra newsletter para estar al tanto de todo lo bueno que sucede en el mundo de Concreta

MATERIALES
Escritura Logo-Silábica Náhuatl, Fernando Palma

 
Tlecuilco: Lugar de la lumbre o fogón. Tlecuil es la manera antigua de cocinar de la gente de América Nativa, generalmente compuesto por tres piedras donde se acomodan los utensilios de cocina y donde el fuego jamás se apaga. La gente indígena no usaba cerillos para encender el fuego, solo se cubren las brasas con una piedra plana y delgada al final del día y al siguiente por la mañana solo se sopla y con ayuda de una raja de ocote se enciende el fuego.
Artista que trabaja esencialmente con esculturas mecanizadas y robóticas…

MATERIALES

Tecnología

La Leña y la Piedra estuvieron de acuerdo, se reunirían en Tlecuilco*, no más para contarse bromas y pasar un rato agradable. Se sentaron al fuego, comenzaron a divertirse, era ya de noche cuando se les agregó una extraña. Era la Tecnología, «tenía planes», dijo.

La Tecnología se paró ahí, solo miraba, de repente sin previo aviso de una patada empujó a la Leña al fuego, lloraba de dolor, se quemaba. Será para calentar mejor, «exclamó». Notando que la piedra permanecía imperturbable, le dijo, «¿y tú?, ¿te crees muy chingona? Veremos qué haces si te arrojo al agua fría».

El agua empezó a chisporrotear y la piedra se tumbaba de angustia, se quebraba. La Tecnología miraba ensimismada, no hablaba, el dolor le era ajeno. Detrás de ella se escondía la Lengua quien de súbito pasó sentencia.

El saber es como el sabor de una fruta, se oculta dentro y espera a que una boca la muerda… Y así es como nació la Tecnología; de la mano y la boca de la gente.

*Tlecuilco: Lugar de la lumbre o fogón. Tlecuil es la manera antigua de cocinar de la gente de América Nativa, generalmente compuesto por tres piedras donde se acomodan los utensilios de cocina y donde el fuego jamás se apaga. La gente indígena no usaba cerillos para encender el fuego, solo se cubren las brasas con una piedra plana y delgada al final del día y al siguiente por la mañana solo se sopla y con ayuda de una raja de ocote se enciende el fuego.





Transistor

Cuando el transistor llegó a la presencia del creador dijo: «Quiero ser famoso». No pidió salud o amistad, simplemente dijo: «quiero ser reconocido, que la gente sepa quién soy». Quería pósters de su persona en las calles, quizá un Óscar, o tal vez el Premio Nobel.

Desde su concepción el Transistor había sido un tipo sin reglas, su nacimiento llevó un largo período de gestación, mucha gente intervino y cuando finalmente llegó al mundo, era burdo, tenía aristas filosas, era tosco, como de la forma y tamaño de una pelota de golf. Las mejores mentes de su tiempo lo habían predicho, había sido el hijo deseado, aunque nadie podía haber imaginado el poderío que alcanzaría y su dominio sobre el planeta. Pequeño y diminuto como había llegado. Inmediatamente dio muestras de sus increíbles habilidades; en lugar de crecer en tamaño, conforme avanzaba en edad, su cuerpo era cada vez aún más diminuto. Unos argumentaron que tal prodigio era gobernado por leyes cuánticas, pero los demás dijeron que en realidad era afectado por la ley de la oferta y la demanda.

Era verdad, había sido concebido en el laboratorio, un hijo de probeta, había tomado buena parte de la capacidad mental de tres hombres, y al fin, pudo conseguir el mundo.

El creador lo miró y dijo: «vete, te he dado la capacidad de crear y desbaratar naciones». Pero… hay que hacer notar que el transistor es tan eficiente como obstinado y permaneció incrédulo, inmóvil mucho tiempo.

La creación lo miró fijamente y preguntó: «¿qué más quieres? Además de haberte dado el poder para crear y destruir naciones, de crear riqueza de la misma arena. Tienes el poder de conectividad, aumentar poder, y la habilidad de convertirte en escudo y evitar daño por caídas de voltaje».

«Ahora vete».

En castigo a su osadía el Transistor fue condenado a permanecer invisible dentro de una caja oscura para siempre, y ahí sigue construyendo y derrumbando economías, sin embargo, nadie lo reconoce a pesar de su cercanía que, en las más de las veces, se le encuentra a escasos milímetros de millones de habitantes en el mundo, y a pesar de su omnipresencia, muy, pero muy pocos saben de su existencia.

A principio del milenio el transistor se producía a un promedio de medio billón alrededor del mundo cada segundo, menos se sabe si el Transistor tiene dos o tres patas.

Tripas debajo del puente

Coyote tenía largo tiempo de transitar por Europa, ya era tarde cuando de camino a casa miró, se encontró una bola de plumas en el suelo. La tomó, y con mucho cuidado, la depositó en su mochila.

Con estas me fabricaré un espléndido penacho. ¡Así habrán de saber Los Cabeza-Rapada que soy un embajador de mi tierra, un hombre importante! Coyote platicaba con su corazón.

Llegó a su taller, tomó la bola de plumas y la colocó en un rincón, de inmediato se puso a trabajar. A punto estaba de ir a dormir, las metas del día habían llegado a un buen fin, coyote estaba de buen humor, cuando escuchó una voz tras de sí. «Padre».
Miró de dónde salió la voz, muy contento se dijo: «¡Después de todo seré Papá!».
Y dio cuenta entonces que, en verdad, la bola de plumas podía conversar, era un pichón, con apenas unas cuantas plumitas prominentes en sus alas. Tomó a la avecita por las alitas, le acarició la cabeza y la puso sobre su palma, sopló en su boca… Te llamaré «Tripas debajo del puente».

Los días vieron a Tripas-debajo-del-puente crecer plumas, había aprendido kick-boxing y ahora era un jovenzuelo lleno de preguntas. «¿Papá, qué haces?».

«Estoy construyendo un robot», contestó con beneplácito el Coyote; los hombres necesitan ayuda y los reemplazarán en sus trabajos. Pero algo le preocupaba, algo no andaba bien, Coyote había terminado la parte mecánica, la parte electrónica también y el código seguro no tenía problema; pero el robot rehusaba cooperar, no funcionaba.

Coyote se dio cuenta, era su ausencia de alma, el robot no podía ayudar pues carecía de empatía. Era el hijo del hombre, cierto, pero carecía de espíritu, así es que decidió ir a buscar un árbol de ocote, ahí él sabía, los indios enterraban los ombligos de sus hijos.
En la sierra Chichinauhtzin* lo encontró y procedió a cortarlo, el ocote de un ramaso le tiró el hacha. «¿Por qué me cortas?», le dijo «Llevaré una rama, solo una rama para dársela en ofrenda a la Máquina, de esa manera ella tendrá un alma y el robot podrá ser amigo de los hombres», respondió coyote mordiéndose la lengua porque bien sabía que no debía cortarlo.

«¡No!», contestó el Ocote, vete, «desde ahora en adelante el hombre tendrá el alma de máquina y la máquina tendrá la sangre de los hombres». Algunas veces la magia no funciona, y a veces sí, murmuró Coyote, retornó a casa, consigo ya no llevaba ni el hacha. En el camino encontró que a un zorrillo lo habían atropellado, más adelante un cuervo hecho

un pegote despedazado y tripas debajo del puente.

*Chichinauhtzin: Nombre de la sierra más extensa al sur de la ciudad de México que significa «Sierra quemada» y que hoy se le reconoce por los habitantes de los pueblos Momoxca, como «los últimos pulmones dela CDMX». Es necesario notar, que a pesar de los enormes beneficios en materia de recursos intangibles asociados a la serranía: la producción de oxígeno, la captación de dióxido de carbono y la invaluable producción de agua potable de alta calidad ya que la cierra está compuesta en su mayor parte de suelos arenosos y piedra volcánica, ademas de prestar servicios de recreo a propios y extraños. La sierra Chichinauhtzin en la actualidad es objeto de constantes abusos, la falta de disposición por parte de autoridades a resguardar y a llevar a efecto la ley que declaró esta zona como área de reserva natural desde mediados de los ochenta ha dado espacio a especulación por parte de compañías constructoras, y a la proliferación de aserraderos clandestinos. El daño es tal vez irreversible. Cada año se desmota más bosque depredando además de la madera su fauna, suelos y matorrales asociados. Es importante resaltar, recapacitar y entender, que, si la sierra aún se encuentra en relativa salud ambiental, esto ha sido solo posible, gracias, a la relación de respeto que los pueblos originarios aún conservan.

Breve introducción a la escritura logo-silábica Náhuatl Trabajo de investigación de Calpulli Tecalco AC
Se presenta aquí de forma resumida un primer avance en la interpretación, y traducción de los nombres Náhuatl de la región de San Pedro Atocpan, Sureste de la CDMEX. La región principalmente boscosa es casa de doce pueblos en la actualidad, de los cuales nueve son autóctonos, de origen Nahua.

Los nombres Náhuatl de ordinario hacen referencia a características bióticas, accidentes geográficos, de ritual, e idiosincrásicos. Esta particularidad los convierte en una herramienta formidable en el entendimiento del pasado cultural de la comunidad y, en la lucha de preservación ambiental, son una ventana al pasado de la región.

Cabe mencionar que es urgente su identificación, traducción y preservación, a la fecha se ha trabajado con gente Nahua-hablante de la población y se han recopilado a la fecha unos cien topónimos. Muchos son ya casi intraducibles, la erosión del tiempo principalmente por el abandono del uso de la lengua Náhuatl, el abandono de labores del campo en favor de una comercial, la invasión de tierras y la inhabilidad de parte de las entidades gubernamentales para favorecer este fortalecimiento vuelven a este un tema de urgencia.

La lengua Náhuatl forma parte de la familia Yuto-Azteca, es de carácter aglutinante, las palabras se forman a partir de ensamblar diferentes raíces de otros vocablos para así formar uno nuevo. Este rasgo, aunado a que en este idioma todas las palabras pueden verbalizarse, adjetivarse, sustantivarse o componer adverbios, hacen que la lengua sea altamente dúctil, maleable; útil en la formación de conceptos altamente abstractos que difícilmente pueden lograrse por ejemplo en inglés o en español, a menos que se expliquen. Sin embargo y muy a nuestro pesar, la influencia de métodos actuales para el aprendizaje y enseñanza de idiomas como segunda lengua han permeado e influido en detrimento del buen entendimiento de la lengua y su práctica. Por ejemplo, en el Náhuatl no existe el verbo ser o estar, fundamental para el correcto uso de lenguas anglosajonas o romances, y donde el estudiante y el maestro se encuentran en una disyuntiva en ocasiones incomprensible.

Quedan muchos agujeros por identificar y resolver en esta investigación, el material aquí expuesto intenta, en primera instancia, ser un eslabón a futuras investigaciones y no pretende ser exhaustivo. Sin embargo, hacemos hincapié que para el estudio y correcto entendimiento del idioma Náhuatl la escritura logo-silábica es fundamental.

Estamos seguros que los próximos años verán esta área de estudio nuevas posibilidades. Es también nuestra sospecha que existen otros códices ocultos en colecciones privadas o del vaticano y que pronto debido a esta necesidad verán de nueva cuenta la luz del día.

Relacionados