MATERIALES
En el campo del sonido, se sabe que lo que determina la existencia del ritmo es la (dis)continuidad sonido-silencio: una diferencialidad no total, sino la confusión entre gradientes, solapamientos e intensidades. Gilles Deleuze opuso este modo de operar en repetición y diferencia a los lugares comunes clasificatorios y definidos de la lógica de las culturas occidentales1. Desde el punto de vista de la repetición y la diferencia, no hay idea de río, ría, estuario o mar, sino multiplicidades de agua. De otro modo, en la obra con la que Fran MM Cabeza de Vaca cabeza de vaca2, aborda elproblema de la democracia en España, se diría: no hay, en efecto, «España», y apenas hay bluff, como una especie de ocurrencia léxica generalista occidental, de «democracia». Hay ejecución vocal, hay gesto corporal, hay instancia performativa, hay gusto. Entrar por el lado de la vocalidad en la constitución política de las comunidades en sociedades reconduce la semiosis nacionalista hacia el terreno insospechado del placer bucal: poca trascendencia. Entrar a la vocalidad por el lado de latencia digital y el descompás cuerpo-visual hace de la correspondencia boca-sonido necesaria a la comunicación algo tangencial: fuera de dicha coyuntura, queda a la recepción la hipnosis en la que el encaje vista-sonido se torna una arbitrariedad más. ¿Qué tipo de obra cultural colectiva será, desde este punto de vista, el orden en el que vive y se constituye la ciudadanía española que parecemos ser? ¿Ante qué nos pone el sonido «España» abstraído de sus discursos y sus sueños, qué hacemos de los presidentes como ficciones artísticas? ESPAÑABCDE (2017) permite imaginar algunas respuestas a estas preguntas.
ESPAÑABCDE es una pieza audiovisual del artista y compositor Fran MM Cabeza de Vaca realizada a partir de unas instrucciones de la Letter Piece #3 de Matthew Shlomowitz (2007)3. En ella, los presidentes del gobierno Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, José Luis Zapatero y M.[ariano] Rajoy se entregan a las instrucciones del compositor para, en diferentes situaciones de enunciación (discursos, entrevistas, declaraciones, réplicas) y sus diferentes espacialidades, ofrecer una experiencia de cuerpo y sonido alrededor de la palabra que los une y que también parece unirnos: España. El plan de Shlomowitz es sencillo: se trata de probar que una partitura hecha a partir de cinco elementos, desdoblados en una acción sonora y una acción corporal, no genera obras iguales, sino infinidad de repeticiones diferentes. La repetición funciona compositivamente como una matriosca: en un nivel exterior, distingue entre sí a la multitud de ejecuciones que una partitura puede provocar. Por dentro de cada pieza, funciona como mecanismo de generación de sentidos en los pequeños huecos de diferencia que el ritmo sí y no, y la sincronía sí y no, ejecutan entre cinco asociaciones de sonido y cuerpo-vídeo. ¿Es lo mismo Aznar diciendo «España» que Zapatero diciendo «España»? ¿Es lo mismo escuchar «España» que leer en los labios «España»? ¿Qué significa escuchar y no ver a Suárez repitiendo «España», «España», «España», «España»?
La repetición de una imagen acústica, fallida por variable —y la gestualidad que esta produce sobre boca, ojos y manos—, se expone como condición necesaria de la formación del Estado-nación, de sus deseos e imaginaciones. La observación y la escucha de las voces-mando de la democracia española por fuera de las distinciones infladas y categóricas del sistema de partidos, con el espacio que la repetición sonora abre a la especulación pensativa, hacen de España (en ESPAÑABCDE) una liminalidad cultural. Una liminalidad con recursos, pero liminalidad, pues, coyuntura, así que imposibilidad de durar: España es entonces poco más que /es’paɲa/ dicho infinitas veces, un espacio de excepción extendido performativamente en el tiempo gracias al gran dispositivo gubernamental sobre el que se asienta.
Disociación perceptiva y curva vocal
En ESPAÑABCDE, los presidentes del gobierno del Estado español se convierten en performers, saliéndose del juego de la ficción política para crear una obra política por el juego del beat. La repetición de un sonido cualquiera (/es’paɲa/), su expansión sensible en los diferentes gestos faciales descoordinados de Suárez, González, Aznar, Zapatero, Rajoy (y su malla rítmica y estructural) hacen de ESPAÑABCDE un cut-up youtuber que abre multitud de reflexiones en torno a todo el problema de la asociación cuerpo-identidad- voz-mensaje-pureza. Lo que Jacques Derrida llamó «metafísica de la presencia»4: durante los tres minutos y medio que dura la obra, asistimos a una continua disociación entre la imagen y el sonido de los presidentes. Un silencio visual en el que oímos el nombre del país. Y un silencio sonoro en el que entendemos que esa fantasía estuvo en la boca de uno de los performers, pero ha desaparecido. ESPAÑABCDE genera un escenario sin habla plena y sin identidad plena —¿podría haber la identidad «presidente del gobierno» sin su voz bien encajada al movimiento de labios «España»?— del poder ejecutivo de España que hace preguntarse: ¿hay España? La sensación es que no. Lo que hay es escritura, entendida esta como el movimiento de diferencia que resuelve como continuidad aquello que se oye: /es’paɲa/, en el tiempo hacia su desinfle semántico, y «España», en el espacio, la ONU, el congreso, el senado.
En For more than one voice5, Adriana Cavarero opuso a la idea de escritura derridiana, obsesionada con el poder fundacional y egocéntrico de lo oral, una renuncia ontológica al habla y sus dependencias con respecto del patriarcado y del Estado-nación —y, con y desde ellos, de sistemas como los alfabetos fonéticos, que hacen unidades mínimas y separadas (/a/, /e/, /i/, /o/, /u/) de las continuidades sonoras—. El fonocentrismo del que hablaba Derrida, en fin, buscaba eliminar las diferencias de todos los sonidos que caben en /es’paɲa/ hacia una única ejecución ideal. A ello opone Cavarero una realidad de lo vocal y lo bucal, que deshace esta parte tóxica y disciplinaria de la modernidad y que es quizás menos nuestra de lo que sospechamos. ESPAÑABCDE lo ejecuta: abre la imagen acústica de España hacia la magia de la vocalidad. El placer y el peso sensorial de la repetición de un sonido, en su evasión de la semiosis, redescubriría a la voz como sonido previo a la propia operación de evadirse del sentido, y redescubre la diferencia existente en cada voz y en cada enunciación (y ello por fuera de la ficción de identidad asociado al término «presidente del gobierno»). El poder del discurso metafísico se intercambia entonces por el poder de un uso verbal que daría hueco a otra ontología, una no basada en el resultado y la existencia positiva, sino en la instancia y la ejecución. La diferencia.
La escucha de la palabra «España» en bucle —y por efecto de sus diferentes vocalizaciones— abre la contradicción dentro del sentido permanente que dicho nombre querría construir. Lo que era consistente puede deshacerse en matices: al abstraer un sonido de su contexto discursivo, entonces, el conjuro metafísico de los diccionarios deja lugar a la curva sonora de cada instancia vocal. Son cuestiones obvias, aunque usualmente despolitizadas, para áreas de estudio como la pragmática, el análisis de la conversación y el análisis del discurso, pero acaso de relevancia política si la especialización académica se pudiese dejar de lado a favor del poder constituyente de la cultura.
Rodeo y salida de España
Operar desde la amplitud vocal y sonora del nombre de un Estado-nación, al deshacer la liminalidad sociocultural con efectos de verdad permanentes que es /es’paɲa/, sitúa la fuerza interpretativa y de significación sobre cada performer y su sonido. «España» en los labios de Suárez, sin marco de frase, al entrar en contraste con la «España» del performer González, por ejemplo, opone —en una posible recepción, la mía de hoy—, una significación direccional y dominante, en el primer caso, a una gravedad introvertida de /es’paɲa/ en el segundo. González ya sin aparato nacional-estatal e histórico, que vibra hacia alguna pena… Como un contrabajo, quizás, opera frente a otro sonido más seco y agudo. Y, ¿por qué no? La atención a las posibilidades articulatorias y culturales de diferentes voces en tanto vocalizaciones (no identidades), marcó los comienzos exploratorios de la literatura en su encuentro con la radio hace casi un siglo en forma de acciones auditivas hoy perdidas. Se trataba de abrir el verbo. La extracción del sonido de la frase, y su disociación con respecto de la boca y del espejismo de consistencia que produce el vivo de un cuerpo, proporciona en ESPAÑABCDE una forma de de(s)culturación de lo que seamos de la verbalidad /es’paɲa/ que resulta positiva. Positiva porque es la posibilidad de perder de forma irreparable la verdad de lo español-patriarcal para dar hueco, en fin, a algo culturalmente diferente de los Padres y los Estados. Paradójicamente, como resultado del placer de escuchar las repeticiones entrecortadas de sus bocas. Es una oralidad entonces, la de ESPAÑABCDE, que deshace la violencia patriarcal de que el nombre haga vínculo, en lugar de que el vínculo haga nombres.
Lo que dijo Derrida es: «¿se puede decir que se nombra verdaderamente? […] no se nombra jamás, se clasifica al otro»6. Así ocurre en la metafísica del Estado-nación, ciertamente, pero ello se rompe si, en lugar de desde la normatividad del habla de una lengua, se opera desde la ruptura de su escucha. La pronunciación de España no es imagen acústica ni es plena: ¿a dónde nos lleva el sonido que acompaña de fondo, un poco como un mar, a Aznar? ¿Y la «España» de Rajoy, que es algo así como una /es’paɲai/? ¿La /p/ profunda de González? La designificación presidencial y nacional da paso a la significación del tono, la resonancia y, ¿la emoción? Al menos como filtro de lectura: sin discurso, así que por fuera de la construcción cultural de la nación española, la significación de lo oído opera por fuera de la macroestructura nacional. Como una añoranza de la ecolalia y una posibilidad ecolálica para el sonido /es’paɲa/.
La visualización simultánea de los cuerpos de los performers, a un tempo distinto del sonido, añade más capas a la composición de la obra: las miradas perdidas, que se disimulan en el marco de un discurso, se confirman como miradas perdidas. Los ojos de Suárez, ¿no tienen un matiz lloroso? Aznar por su parte, ¿qué noticia estaba dando para traer esa pena? ¿Habría pena discursiva? ¿Es solo pena sonora? Cada elemento del cuerpo, también, se descompone del orden de la ficción realista del cuerpo presidencial para surgir como un gesto de obra. Cada repetición permite una nueva percepción de matices.
Tecnología del cuerpo presente
Descoordinado su sentido a través de la repetición desigual del sonido, España permanece en el oído y taladra mientras somos expuestas a la selva de parpadeos, gestos de mano, alzamientos de cabeza y miradas tristes del vídeo, que ya sin la correlación de la presencia se revelan con una nueva potencia sensible. ¿Quiénes son, en realidad, estas personas? Un presidente sin su voz «España» parece que se hace cuerpo y deja su función. Poco importa, en realidad, que estos cuerpos existan, existieran, hubieran existido o se hayan ya desvanecido en carne, altura y peso. Su gesto y su bucle es digital, pero su recepción —culturalmente— hace mundo. En la página web This Person Does Not Exist7 hay miles de rostros que no existen, es decir: existen visualmente en el hoy que es la pantalla.
La parcial o total digitalidad de la gran mayoría del arte y la cultura contemporáneos no es, pese a que tenga menos matices, menos real que el trabajo desde la carne. ESPAÑABCDE muestra que se puede hacer performer, más o menos, a cualquiera. Si el deep fake es un peligro para los medios, para el arte político puede con todo significar la oportunidad —¿por cuánto tiempo sin censura?— de efectuar aperturas críticas hacia la realización de una ontología alternativa a través de la operación con las mismas limitaciones de los estilemas opresores (por ejemplo, de nuestra disciplina e imaginario hegemónicos). Y casi tiene que significarlo, como acercamiento alternativo al hiperrealismo digital. ESPAÑABCDE son los Suárez, González, Aznares, Zapateros, Rajoys que no existen. Sin embargo, ESPAÑABCDE son los Suárez, González, Aznares, Zapateros, Rajoys que existen desde que existe ESPAÑABCDE. Cuerpos: bocas, ojos, manos y caras.
En This Person Does Not Exist las personas inexistentes tienen expresiones de felicidad, tristeza, complicidad, sorpresa. En la canción Velaske, yo soi guapa?8 (2018) se reimagina una narrativa socioafectiva de Las Meninas en resistencia al protocolo nobiliario y de género del siglo XVII. ESPAÑABCDE, anterior a esta obra —y aparentemente perteneciente a un ámbito de la cultura muy diferente, el de la llamada «música contemporánea»—, opera desde el sonido y la gestualidad fragmentada del out of context para reescribir la democracia española. La reescribe ya no en un mensaje alternativo, sino fuera del mensaje hacia una ontología otra, que proporciona una revelación sensible de los cuerpos perdidos de los presidentes de la democracia española. Cuerpos recuperados que se repiten y pueden, en la repetición y el ritmo, ponerse fuera de la función y el relato presidenciales, afectando también por la posibilidad de continuación de la estructura de la Letter Piece #3 a los cuerpos por venir. La diferencia de posición con respecto al deep fake convencional importa y va más allá, aunque la incluya, de la cuestión ética: con ESPAÑABCDE se sitúa la materialidad política por fuera de la política, fundamentalmente por la reestructuración de sus materiales (gesto en el que se pierden las consistencias posibles del mensaje o la causa en la obra artística).
Descanso del sentido y el glitch del nombre propio
Repite el nombre de un país como se repiten las letras de un abecedario: sonido sin sentido. La repetición deshace la consistencia del signo por antonomasia: el nombre propio. Convención sin dirección, España no es nada más que una exterioridad sonora, enunciación sin cuerpo que resiste flotante a lo largo de la obra, cuya memoria persigue al oído sin que tengamos ocasión de cuestionar qué es lo que indica (sospechando que poco o nada). La operación rítmica y compositiva hace un mundo en el que tenemos la oportunidad de escuchar /es’paɲa/, temporalmente, fuera de la herencia política y cultural del franquismo, la CT, la Ley Mordaza, la Troika.
Es, al fin y al cabo, un descanso de todo lo imposible que guarda la historia del proyecto que se fue a llamar España. Íñigo Errejón y otros de su tribu fueron hace unos años a América Latina después de leer a Laclau9. Consideraron e imaginaron que podía haber una España otra, un uso de la patria que «los de abajo» pudieran hacer propio. El significante vacío de Laclau planteaba la posibilidad de inventar un sentido otro para las palabras clave de una democracia, pero dejaba de lado la vocalidad, la performatividad y el placer participante. El tiempo ha hecho de él algo que oscila entre ser una especie de bomba de polaridades retóricas y un bienintencionado wishful thinking del que lamentarse. ESPAÑABCDE quizás hace algo más en la sencillez de su gesto: dejarnos escuchar el sonido /es’paɲa/ momentáneamente como vocalización y sonido en el que descansar de toda la metafísica patriarcal, nacionalista y trasnochada de partidos y gobierno. Es liminal y, para quien lea o escuche las noticias, quizás dure lo que dura la obra, pero es un remanso que ninguna otra operación cultural, política o artística nos ha permitido.
Frente a la llenez de crítica discursiva del arte que se asienta en cualquier suerte de metafísica trascendente alternativa al Estado-nación, como las en boga identity politics, ESPAÑABCDE permite descansar de las peleas por los sentidos en las operaciones sobre el ritmo: ofrece un lugar donde pensar y oír por fuera de la plenitud estatal, identitaria o de cualquier tipo. Un existir desde la interferencia de una repetición que prueba tener la capacidad de destruir los pactos léxico-semánticos sin prescindir de sus materialidades, un glitch donde los sujetos y los sentidos políticos se deshacen por medio de lo existente y su distorsión.
Notas bibliográficas
- DELEUZE, GILLES: Diferencia y repetición, Amorrortu, Buenos Aires, 2017. ↩︎
- FRANN MM: ESPAÑABCDE, Vimeo, julio de 2017. En línea en: https://vimeo.com/175856362 [Última consulta realizada el 16 de mayo de 2021]. ↩︎
- SHLOMOWITZ, MATTHEW: Letter Piece #3, Australia, Bolton, Clinton, Dachshund y Echinacea, julio de 2007. ↩︎
- DERRIDA, JACQUES: De la Gramatología, Siglo Veintiuno, México, 1978. ↩︎
- CAVARERO, ADRIANA: For More than One Voice: Toward a Philosophy of Vocal Expression, Stanford University Press, Stanford, 2005. ↩︎
- DERRIDA, JACQUES: Óp. cit., p. 143. ↩︎
- KARRAS y NVIDIA DON’T PANIC: This Person Does Not Exist, 2019. En línea en: https://thispersondoesnotexist.com [Última consulta realizada el 16 de mayo de 2021]. ↩︎
- FLORES, CHRISTIAN: Velaske, yo soi guapa?(Las Meninas Trap Mix), YouTube, 25 de noviembre de 2017. En línea en: https://www.youtube.com/watch?v=Il6p2-40-F0 [Última consulta realizada el 16 de mayo de 2021]. ↩︎
- LACLAU, ERNESTO: «La articulación y los límites de la metáfora», Studia politicae, no. 20, 2010, pp. 13 -38. Ver también: Laclau, Ernesto: La razón populista, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2005. ↩︎