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Por miedo a que las piedras hablen, Benvenuto Ixtetelá, María Iñigo Clavo

Partiendo del concepto de falta ortográfica como desviación consciente del método, los autores reflexionan sobre la Vienal del Lago: un evento que explora una creación de conocimiento descentralizado en torno a los pueblos, animales y piedras que lo habitan.
Pared en las calles de san pedro Lago Atitlán, pintura mural «civilizacion vrs naturaleza» autor Benvenuto Chavajay. Cortesia del artista.
Artista y trabajador social que trata de activar la memoria e historia a…
Investigadora, curadora y profesora de la Universitat Oberta de…

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Nemini licet ignorare ius, es decir, a nadie le es permitido ignorar las leyes. Ello implica que cualquier falta se tratará como si se conociese la ley, aunque no se conozca. Parece incluso que no conocer la norma te hace más culpable, cuando pensamos en el ámbito del conocimiento occidental, sus protocolos, sus procedimientos. La norma es un método: pero no cualquier método, sino uno legitimado por nuestras ciencias. A través de los filósofos entendí la gravedad de no tener un método y cómo un método puede hacer un contenido aceptable: en la academia, tan ávida de jerarquía, no tener método implica no tener compromisos disciplinares con ningún área de conocimiento, lo que hará sospechoso y devaluado el pensamiento. La norma y el método se constituyen como la ficción jurídica que, como el Nemini licet ignorare ius, es imposible que todo el mundo la conozca, pero se toma como un hecho para poder crear una realidad jurídica y con ello, algo parecido a un delito. Fuera de la norma y el método, en ese ámbito del «delito», se crea un doble juego ambivalente de deseo y odio: por un lado, la aspiración de toda utopía occidental a transgredir sus marcos opresivos, y liberarse así de la tiranía del método, pero al mismo tiempo el miedo a la diferencia y la deslealtad a la norma que nos ofrecía una identificación, y una identidad. Porque efectivamente la identidad va unida a un Otro. El significado (y la identidad) es dialógica y se modifica solo en interacción con el Otro y por ello a través de la diferencia. Por ello no se pudo crear una idea de civilización sin la del salvaje, ni la idea del Otro sin la del mismo. Uno de los grandes retos es cómo pensar más allá de esa polarización y la esencialización, cómo compartir posiciones.

La ortografía, efectivamente, es uno de los más eficientes soldados de ese gran reinado de las formas, el método y la identidad. No hay interlocutor digno sin ortografía, sin un continente digno su contenido nunca será respetable. No tener buena ortografía significa «tener faltas», ellas son un cuestionamiento radical de esa soberanía, que como cualquier museo tiene sus conservadores, sus expertos, sus catalogadores, sus restauradores… Por un lado, las faltas han de ser escondidas por la vergüenza ajena que producen, y con pudor porque representan la irracionalidad de la in-cultura1. Esta «Cultura» —que no cultura—, desapegada del pueblo y de su conocimiento ancestral y cotidiano. Pero, por otro lado, «las faltas» también representan la disidencia a la autoridad de las formas, y por ello la apertura al mundo de otros modos de conocer y otras sabidurías sin método.

Soy de una generación de padres analfabetos, nunca vi a mis padres dándose un beso de boca a boca, menos mis abuelos, como dirían, eso no es de Dios. Digo, analfabetos según la lógica occidental ilustrada, no pudieron leer ni escribir o deletrear la piedra, pero hablaron y sintieron el palpitar de la piedra, es otra manera de leer y sentir la realidad libre de la opresión de la escritura. No poder escuchar a la piedra hace más analfabeto al hombre blanco, hombre colonizador. Ulaa tak winaq´ se refiere al hombre de color blanco, sin sangre, desnutrido e insípido. Uulj´ es un derrumbe o algo que no tiene un buen cimiento. Al no saber leer y escribir siempre tuvieron la dificultad también para la pronunciación de las palabras en el castellano. De la misma manera aquel que no habla un idioma Maya se le denomina caxlán, que viene del castellano, del habla de castilla. El caxlán es también aquel que sustituyó el pan por la tortilla, pan en idioma maya Tz´utujil es kaslanwaay. En el territorio de Guatemala se hablan veintitrés lenguas con veintitrés etnias mayas, cada etnia marca su acento de habla, máximo cuando habla al castellano letrado, habla cantadito; la letra «F» lo pronuncia como «P», Farmacia lo pronuncia como Parmancia ya que la «F» no existe en la fonética Tz´utujil, se da con muchas letras y palabras; el no indigena siempre se burla del indio de su cantadito y por las letras que no pueden pronunciar. Pero los caxlanes y los ulaa taq winaq´ nunca pueden pronunciar los apellidos mayas, tampoco pueden pronunciar los nombres de los lugares y pueblos que llevan un nombre maya. Quauhtlemallan fue simplificado por Guatemala, Ch´abaq´ jaay por Chavajay. El artista siempre busca un estilo u originalidad. En mi caso no me interesa esas categorías, prefiero tener un acento marcado en la contemporaneidad del arte. Como indígena hablo una lengua materna (Tz´utujil) y hablo un idioma aprendido de los letrados, el Castellano. Heredé el Tz´utujil de mi madre desde las primeras lágrimas causadas del dolor de enfrentar el desafío y la utopía de nacer, al sentir la humedad del pezón materno me hizo humano, humano a sentir indígena.

En Occidente «tener faltas» implica la expulsión del mundo letrado y por tanto su retórica de objetividad, verdad, razón y control; estas son las faltas de un medio convertido el mensaje: incultos, deficientes, desleales, dudoso, inapropiados, inaceptables, irrespetuosos y por ello no respetables: la indig(e)nidad. Analfabetos e incivilizados: No es casual que los derechos civiles hayan ido unidos a la idea de ciudadanía que a su vez lo está a la de un Estado civil, civilizado o civilizatorio2; es decir, que la incivilidad de la escritura y la falta de método no es un asunto menor, cuantas más faltas, más incivilizado, menos derechos. Y ya que el arte y la Historia del Arte son la máxima expresión de este estado de civilidad en Occidente, arte e indigenidad dialogan en una difícil encrucijada.

La Vienal del Lago se presenta desde su enunciación como «falta ortográfica» o falta de método, agrediendo la palabra arte y profanando una de sus instituciones de mayor prestigio en Occidente: Justamente en su origen, la Vienal se ha constituido como un evento deslocalizado geográficamente de los centros pero que, en la mayoría de los casos, ha colocado a las élites de las periferias en el circuito internacional. La Vienal vuelve a descentralizar este circuito en la periferia de la periferia y esta vez sitúa geográficamente el lugar-pensamiento como inseparables3. La Vienal es un planteamiento que da un giro conceptual a las estructuras occidentales de bienales de arte, procesos curatoriales contemporáneos, desafía la contemporaneidad: lo que en la Vienal se considera contemporáneo es traducir lo cotidiano. Lo que el arte Occidental se organiza en torno a eventos, sucesos y acontecimientos historizables, en la Vienal se privilegia la permanencia de lo cotidiano. La Vienal fue creada precisamente como contestación a las visitas profesionales letradas que curadores e investigadores realizan a San Pedro de la Laguna en nombre del arte, como la que yo realicé como especialista en teoría poscolonial en 2015 cuando llevaba a cabo una investigación sobre «arte e indigenidad en Guatemala». En estas visitas profesionales nos mezclamos extrañamente con el gran número de turistas que están asentados en el pueblo de forma indefinida y los que —como nosotros— están de paso atraidos por la belleza del Lago de Atitlán. Este es considerado el más grande de Mesoamérica, y organiza la vida de varios pueblos indígenas que se sitúan a sus orillas.

«El tour de arte indígena» no deja apenas la oportunidad de conectar con algo muy profundo que se somatiza y se desprende de cada una de las piezas de «arte indígena contemporáneo». Si las obras de arte son el resultado transferible, llevan tras de sí un lugar-pensamiento invisible en las salas de exposiciones, son parte de un proceso de continuos devenires. Por ello los coordinadores de la plataforma han ido recibiendo a personas de la cultura letrada, pero creando otro tipo de visitas, teniendo espacio para los símbolos que hay que visitar, lugares o personalidades del contexto local, encuentros con el árbol sagrado a través de la consulta de un guía espiritual o anciano4. Es un acto de hospitalidad para formar parte de la naturaleza, para privilegiar la experiencia y el proceso de la cultura Tz´utujil más allá de sus resultados en el arte. Es una crítica a la descontextualización propia de la separatibilidad occidental y sus salas de exposiciones en los museos5.

La Vienal por tanto parte de la necesidad de mostrar todo lo que rodea la experiencia, cofradías, las cantinas, otros pueblos, y las piedras. Es un evento permanente, no tiene inicio ni fin, como la vida no está acotada, ni tiene sitio físico similar al cubo blanco, nuestras paredes son los árboles, nuestro lugar permanente es la madre tierra, nuestros aliados de siempre son los pájaros, nuestros interlocutores son las piedras; el Lago es el charco donde llegamos a cesar nuestra la sed del conocimiento. La Vienal es la vida misma, la V de la Vida, la V invertida en el reflejo del lago. En la Vienal del Lago, se identifica, se ratifica y se dignifica toda presencia, toda ausencia y toda consecuencia. Compartir se contrapone con competir en los espacios expositivos homogéneos.

En Lago de Atitlán se sitúa según algunos arqueólogos en un asentamiento Maya llamado Samabaj de la época preclásica hace 2000 años. Justamente la etimología de la palabra contiene la palabra ab´aaj, que significa piedra en lengua Tz´utujil. Cuando realicé mi investigación sobre «arte e indigenidad» tras mucho buscar renuncié a encontrar textos sobre el sentido de las piedras para la espiritualidad Maya, sería porque «solo puede estudiarse lo que puede transferirse» como escribía de Certeau en 1974 sobre las ciencias occidentales: «Lo que no puede arrancarse de raíz se quedará fuera del campo, por definición. De ahí el privilegio que estos estudios conceden a los discursos, la cosa que en el mundo resulta más fácil de captar, grabar, transportar y tratar en lugares seguros, mientras el acto del habla no puede desprenderse de sus circunstancias»6. Mucho menos el acto de hablar con las piedras. Estas son espacios de interlocución porque representan precisamente la ancestralidad, la presencia de los abuelos, por ello son lugares sagrados donde tienen lugar las ceremonias. En contraste con los que aprenden las lenguas mayas, la Vienal ofrece una iniciación a la comunicación con las piedras, que son justamente los espacios de interlocución con la memoria, donde se conectan las deidades y las almas de los pueblos.

Nuestra manera con la Vienal es desempolvar la historia y activar esa memoria, traducir el silencio de los ancestros, retornar al pasado presente, o sea el pasado está adelante. En el sentido de identificar lo olvidado, lo ausente, lo que está solo entre comillas, «…» lo que está solo en paréntesis (…). Las piedras fueron pateadas por el colonialismo, no solo pateadas sino escondidas. La modernidad pintó nuestras piedras con la lógica ilustrada y letrada. Aquí y ahora es el momento buscar nuestras piedras, de despintar nuestras piedras, así nuevamente sentir los poros de la piedra, reactivarla aquí y más ahora implica reactivar la memoria: el aquí y ahora ha perdido y olvidado nuestra ancestralidad, hemos puesto candados, pasadores, palos, piedras y chicles. De manera que Occidente nos ha encapsulado en humanos tipo Bonsai, y no sabían que ya éramos zoomorfos, por lo tanto, quitar los prejuicios no-humanos occidentales, es quitar el candado a la puerta, quitar el pasador a la puerta, quitar el palo al pasador, quitar la piedra al palo, quitar el chicle a la piedra, darnos nuestra oportunidad en el horizonte de la historia, para retornar las almas, retornar la voz del silencio, el silencio de los ancestros. Así el conocimiento en el contexto Maya es generacional, está contenido en los símbolos y en la práctica cotidiana. Conciencia se contrapone así a la idea de ciencia, porque es una conciencia de los símbolos. Dejaron ese polvo como conocimiento.

Marisol de la Cadena deja claro que nuestra forma de comprender los conceptos indígenas no podrá distanciarse nunca del proceso de traducción que de él realizamos7. Nuestras propias estructuras hacen imposible comprender todos los matices que un concepto como arte puede adquirir en la lengua Tz’utujil, de la misma manera que con la propia naturaleza. En este último caso, los líderes indígenas se ven obligados a hablar un lenguaje común con los activistas de izquierda ecologistas en los que no tienen cabida conceptos fundamentales para su pueblo, como la voluntad de la naturaleza, el permiso, el respeto, la consulta y sobre todo la espiritualidad como algo estrechamente vinculado a la política. Por ello, la antropóloga insiste que lo político tendrá lugar cuando se puedan negociar no solo los contenidos, sino también el método, es decir cómo se concibe la voluntad de la naturaleza. La Vienal tiene como motor principal el saneamiento del Lago que está contaminado, así como la comunicación con otros pueblos para lograr su preservación y eliminar el desmesurado uso de plástico que está sustituyendo gradualmente los objetos tradicionales y la generación de basura tanto por parte de los locales como los turistas8.

El trabajo de varios artistas Tz´utujiles habitantes de San Pedro de la Laguna no podría comprenderse sino es en comunión con la sanación. Por ejemplo, palabra Q´OMANEL´ se usa de la misma forma para un médico, enfermera, músico y curandero. Así, si por una parte el Lago de Atitlán ha de sanarse, también la Vienal contribuirá al proceso de deshumanización de los humanos para reencontrase con su entorno. En mi lengua materna Tz´utujil no existe la palabra «arte», mi papá en muchas ocasiones me decía, esa palabra no está en nuestra memoria y menos con nosotros, claro, aquí y ahora. El arte es otra manera de colonizar el pensamiento, el arte es mestizo y letrado. Ellos tienen la palabra, nosotros los símbolos, ¡hay de aquel que hiere o lastima los símbolos!, los símbolos se subrayan y se reenmarcan a través del retorno de las almas a la ética ancestral. Los intelectuales y los pseudoizquierdistas secularizaron nuestros símbolos, borraron nuestras señales, desembocaron nuestra sabiduría en el deletrear de la palabra, por miedo a que las piedras hablen. La Vienal es una forma de ritualidad para transformar mentalidades, producir conocimientos, sanar la naturaleza.

Notas bibliográficas

  1. Véase el concepto de cultura en CANEIRO DA CUNHA, MANUELA: Cultura com aspas, Cosac Naify, Rio de Janeiro, 2010. ↩︎
  2. ESPOSITO, ROBERTO: Tercera Persona. Política de la vida y filosofía de lo impersonal, Amorrortu Editores, Madrid, 2019. ↩︎
  3. WATTS, VANESSA: «Indigenous Place-Thought and Agency amongst Humans and Non-humans (First Woman and Sky Woman go on a European Tour!)», p. 210. ↩︎
  4. Antonio Pichillá es artista de San Pedro, Manuel Chavajay, Pedro Chavajay y el matemático Domingo Yojcom. Véase «La Vienal del Lago, una apuesta por la vida», Revista Barrancópolis. 2019, pp. 57–65. En línea en https://barrancopolis.com/la-vienal-del-lago-una-apuesta-por-la-vida/?fbclid=IwAR0Fsis45xQRxp13RfpSZ2HGWcZukgrnaB9-W92iTew44_rEHX4tWWxlTW8 [Úlitma consulta realizada el 31 de octubre de 2020]. ↩︎
  5. FERREIRA DA SILVA, DENISE: «On Difference without Separability», Incerteza Viva: 32ª Biennial of São Paulo, Catálogo de exposiciones, MAMBO, 2017. ↩︎
  6. DE CERTEAU, MICHEL: The Practice of Everyday Life, California University Press, Londres, 1988. ↩︎
  7. DE LA CADENA, MARISOL: «Política indígena: un análisis más allá de “la política”», Red de Antropologías del Mundo 4, 2009, pp. 139-142. ↩︎
  8. Véase «La Vienal del Lago, una apuesta por la vida», Revista Barrancópolis. 2019, pp. 57–65. En línea en: https://barrancopolis.com/la-vienal-del-lago-una-apuesta-por-la-vida/?fbclid=IwAR0Fsis45xQRxp13RfpSZ2HGWcZukgrnaB9-W92iTew44_rEHX4tWWxlTW8 [Última consulta realizada el 31 de octubre de 2020]. ↩︎
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