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TRADUCCIÓN
Antes el mundo no existía. Mitología de los antiguos Desana Kehíripõrã, Tõrãmũ Kẽhíri (Luiz Gomes Lana), Umusĩ Pãrõkumu (Firmiano Arantes Lana)

Este relato presenta el comienzo de las narrativas de origen según los Desana, desde la creación del mundo hasta la llegada de los humanos en la serpiente-canoa.
Denilson Baniwa, Abuela del Mundo en la exposición Dja Guata Porã: Rio de Janeiro Indígena, Museu de Arte do Rio, Rio de Janeiro, 2017-18.
Umusĩ Pãrõkumu (Firmiano Arantes Lana) fue padre de Luiz y nació en…
Tõrãmũ Kẽhíri (Luiz Gomes Lana) nació en 1947, hijo primogénito Emília…

TRADUCCIÓN

PRIMERA PARTE: ORIGEN DEL MUNDO

El mundo no existía

Al principio el mundo no existía. La oscuridad lo cubría todo. Cuando no había nada, una mujer apareció por sí misma. Eso sucedió en medio de la oscuridad. Apareció apoyada en un banco de cuarzo blanco. Mientras aparecía, se cubría con sus adornos y se hacía un cuarto. Este cuarto se llama Uhtãboho taribu, o Cuarto de Cuarzo Blanco. Ella se llamaba Yebá Buró, o Abuela del Mundo, o también Abuela de la Tierra.

Cómo apareció

Había cosas misteriosas que crió por sí misma. Seis cosas misteriosas: un banco de cuarzo blanco, una horquilla para apoyar un cigarro, un cuenco de ipadu1, el soporte de este cuenco de ipadu, un cuenco de harina de mandioca y el soporte de este cuenco. Fue sobre estas cosas misteriosas que se transformó por sí misma. Por eso se llama la «No Creada».

Fue ella quien pensó sobre el mundo futuro, sobre los seres futuros. Después de aparecer, comenzó a pensar cómo debería ser el mundo. En su Cuarto de Cuarzo Blanco comió ipadu, fumó un cigarro y se puso a pensar cómo debería ser el mundo.

La creación del Universo

Mientras estaba pensando en su Cuarto de Cuarzo Blanco, comenzó a levantarse algo, como si fuera un globo, encima del cual apareció una especie de torre. Eso pasó con su pensamiento. El globo, mientras se levantaba, envolvió a la oscuridad, de modo que quedó en su interior. El globo era el mundo. La luz no existía todavía. Solo había luz en su cuarto, el Cuarto de Cuarzo Blanco. Después de hacer esto, llamó al globo Umukowi’i, o Maloca del Universo2. Lo denominó como si fuese una gran maloca. Todavía hoy es el nombre más usado en las ceremonias.

Los cinco Truenos

Después, pensó en colocar personas en esta gran Maloca del Universo. Masticó ipadu de nuevo y fumó un cigarro. Todas esas cosas eran especiales, no estaban hechas como las de hoy. Entonces sacó el ipadu de la boca, y lo hizo transformarse en hombres, los Abuelos del Mundo (Umukoñehkusuma). Eran los Truenos. Esos Truenos en su conjunto eran llamados Uhtãbohowerimahsã, que quiere decir Hombres de Cuarzo Blanco, porque son eternos, no son como nosotros. Hizo eso en el Cuarto de Cuarzo Blanco, en el lugar donde apareció. En seguida estudió a los hombres criados por ella, y los llamó de Umukosurã, o Hermanos del Mundo. Es decir, les saludó como si fuesen sus hermanos. Ellos respondieron llamándole Umukosurãñehkõ, o Tatarabuela del Mundo, queriendo comunicar que era la abuela de todo ser que existe en el mundo.

Hecho esto, dio a cada uno de ellos un cuarto en la gran maloca que es la Maloca del Mundo. Los Truenos eran cinco. Nosotros les llamamos los Abuelos del Mundo. El primero, como primogénito, recibió el cuarto de jefe. El segundo recibió el cuarto de la derecha, encima del primero. El tercero recibió el cuarto sobre el «palenque de la tortuga», lugar donde se guardaba el caparazón de la tortuga que se tocaba los días especiales de danza. Así sucedía también en la Maloca del Mundo. El cuarto Trueno recibió el cuarto de la izquierda, encima del primero y frente al segundo. Finalmente, el quinto recibió el cuarto en la entrada, próximo a la puerta, donde duermen los huéspedes.

Como dije antes, el mundo terminaba en forma de torre. En el extremo de la torre había un sexto cuarto, donde había un murciélago enorme que parecía un gran gavilán. El lugar donde se encontraba se llamaba Embudo del Alto (Umusidoro), que quiere decir Fin (los confines) del Mundo.

Cada uno de ellos recibió así su cuarto en esta gran Maloca del Mundo. Esos mismos cuartos se convirtieron en malocas, que se llaman Umukowi’iri, o Malocas del Mundo. Cada Trueno se quedó a vivir en su propia maloca. Todavía no existía la luz en el mundo. Solo en esas malocas había luz, al igual que en la maloca de Yebá Buró. En el resto del mundo todavía estaba todo oscuro.

SEGUNDA PARTE: ORIGEN DE LA HUMANIDAD

Cómo hicieron la humanidad

Yebá Buró dijo a los Truenos:

—«Os crié para que creaseis el mundo. Pensad ahora cómo hacer la luz, los ríos y la futura humanidad». Ellos respondieron que así harían. ¡Pero no hicieron nada! Cada cual se quedó en su propia maloca y ni recordaron lo que la Abuela del Mundo les había pedido.

Las malocas de los cinco Truenos tenían nombres. La del primero se llama Diáahpikõwi’i, Maloca de Leche, y se encuentra al sur. La del segundo se llama Diágahsiruuhtãmuwi’i, Maloca de la Cascada de la Cáscara, y está al este, en la cascada de Tunui, en el río Içana. La maloca del tercero se llama Umusiwi’i, Maloca de Encima, y está en lo alto. Esta tenía riquezas, adornos diversos usados en las danzas rituales. Todas estas cosas eran especiales, «mágicas». Todo ello daría forma a la humanidad futura. La Abuela del Mundo dio todas esas riquezas al tercer Trueno, así como el poder de guardarlas. La maloca del cuarto Trueno se llama Diápasarowi’i3, y está al oeste, en el río Apaporis, en Colombia. La del quinto se llama Diádihpamahawi’i, Maloca de la Cabecera, y está al norte. El Trueno de esta maloca era el último, y se llamaba Abepõwehku, Tapir del Pendiente de Sol. Brillaba por sí mismo.

El mundo todavía estaba oscuro. Viendo que no cumplirían sus órdenes, la Abuela del Mundo dijo:

—«¡No os mandé que os quedaseis parados! Os mandé hacer la luz, los ríos y la futura humanidad, y no hicisteis nada».

Ellos ya habían creado los ríos. Solo les faltaba hacer la luz y la futura humanidad. Al escucharle, los Truenos se resolvieron a crear la futura humanidad. Realizaron entonces un gran dabururi 4 con las frutas de la palmera miriti5, con participación de Yebá Buró. Eso sucedió en la Maloca de Leche. La Abuela del Mundo, viendo lo que iban a hacer, fue a ayudarles. Pero la bebida que fue servida, el caapi6, era demasiado fuerte, y aún con la ayuda de Yebá Buró, los Truenos no consiguieron crear la humanidad. Uno de ellos salió de la maloca para intentarlo. Pero ya estaba tonto a causa de la bebida y no aguantó. Salió vomitando por el oeste. Allí mismo se endureció y se transformó en una gran montaña con todos sus adornos.
Al ver que no estaba resultando, la Abuela del Mundo dijo:

—«No hay manera, no saben hacerlo». Retornó a su lugar, la Maloca de Cuarzo Blanco, que también se llamaba Diámomesuriwi’i, Maloca de los Paneles de Miel.

Cómo apareció otro ser

Retornando a su lugar, la Abuela del Mundo dijo:

—«No está funcionando».

Pensó entonces crear otro ser que pudiese seguir sus órdenes. Tomo ipadu, fumó un cigarro y pensó cómo debería ser. Mientras pensaba, del humo se formó un ser misterioso que no tenía cuerpo. Era un ser que no podía ser tocado ni visto. Yebá Buró cogió su pari7 de defensa (wereimikaru) y en ella lo envolvió. Actuaba como las mujeres cuando dan a luz. Después de haberlo atrapado con su pari, le saludó, diciendo Umukosurãpanami, Bisnieto del Mundo, a lo cual él respondió Umukosurãñehkõ, Tatarabuela del Mundo. Así lo hizo ella en el Cuarto de Cuarzo Blanco.

Su nombre era Yebá Gõãmu, que quiere decir Demiurgo de la Terra (o del Mundo). La Abuela del Mundo le dijo:

—«Mandé a los Truenos del Mundo hacer las camas de las tierras, hacer la futura humanidad, pero no supieron hacerlo. Hazlo tú. Yo te guiaré».

Él respondió que lo haría. Aceptó la orden de Yebá Buró. Desde allí mismo, el Cuarto de Cuarzo Blanco, donde había aparecido, levantó su bastón ceremonial, que en Desana se llama yewãiigõã, o «hueso de pajé» , y lo hizo subir hasta el ápice de la Torre del Mundo. Era su fuerza la que subía. Y allí paró.

La creación del Sol

La Abuela del Mundo, viendo que el bastón estaba erguido, cumplió su palabra de guiar al bisnieto. Adornó la punta del bastón con un haz de plumas, adornos propios de este bastón, masculinos y femeninos, y el adorno resultó brillante en varios colores: blanco, azul, verde, amarillo. Lo adornó también con un tipo de pendientes o colgantes, de carácter masculino y femenino. Hizo eso en el ápice de la Torre del Mundo. Con esos adornos, la punta del bastón quedó brillante. Así se transformó, asumiendo un rostro humano. Y llevó luz a donde había oscuridad hasta los confines del mundo. Era Abe, el Sol, que acababa de ser creado. Así apareció el Sol. El Sol gira por sí mismo. En la astronomía de los Antiguos ya sabían que el Sol giraba por sí mismo. Esa fue la creación del Sol. Hecho esto, Yebá Buró cubrió el Sol con una capa de plumas de guacamayo (mahãweayuhsu).

La creación de la Tierra

Viendo el trabajo del Bisnieto del Mundo, los Truenos sintieron envidia, y comentaron entre ellos:

—«¡Nosotros que somos Hombres de Cuarzo Blanco, nosotros que fuimos los primeros en ser creados, no conseguimos hacer eso! ¿Cómo que este aparecido, este espíritu sin cuerpo, cómo consigue hacer eso? ¡Haremos que no lo consiga!».
Por envidia, querían destruir su trabajo. Solo Umukoñehku no tenía envidia del trabajo del Bisnieto del Mundo, es decir, el tercer Trueno. Calmó a sus hermanos con su alimento, que era ipadu y cigarro. ¡Vivían solo de eso! Comiendo ipadu, fumando cigarro, se calmaron, no tenían ya envidia y no incomodaron más el trabajo del Bisnieto del Mundo.

El bastón no era como el de nuestros días: era especial, invisible. Todas las cosas en esta época eran invisibles: las personas no podían verlas ni tocarlas. Desde el principio de esta historia, todos los materiales eran invisibles: el ipadu, el cigarro, el bastón ceremonial y todas las otras cosas que mencioné eran invisibles.

En este bastón, llamado «hueso de pajé»8, subió hasta la maloca del tercer Trueno. Pero antes de subir creó varios pari: el pari del urucu de miriti (nemohsãimikaru), el pari de frutas pequeñas de miriti (nemuhtãriimikaru), el pari de miriti medio amarillo (nebohoimikaru), el pari de tallos de caraná (ñapuduhkaimikaru).

Al mismo tiempo, Yebá Buró sacó del seno izquierdo simientes de tabaco, en granos minúsculos, y los esparció por encima de los pari. Después sacó leche, también del seno izquierdo, y la derramó por encima de esas esteras. La simiente de tabaco era para formar la tierra, y la leche para fertilizarla.

El Bisnieto del Mundo estaba subiendo a la Maloca de Encima, cortando y dividiendo el espacio en varias capas. El mundo fue así dividido en pisos (o niveles) superpuestos, como el nido de avispa está dividido en varios niveles. El Sol que hicieron ya iluminaba todos esos niveles. Estaba encima, bien en lo alto. ¡Si estuviese próximo a nosotros, nos quemaría a todos! Por tanto, el mundo quedó dividido en niveles, en pisos superpuestos como dije antes. El cuarto de la Abuela del Mundo quedó debajo de todos esos niveles: es el primer cuarto o Cuarto de Cuarzo Blanco (Uhtãbohotaribu). El segundo cuarto, encima del primero, se llama Cuarto de las Piedras Viejas (Uhtãbuhutaribu). No se sabe exactamente lo que existe en él. El tercer piso se llama Cuarto de Tabatinga Amarilha9 (Bahsibohotaribu). En ese nivel vivimos, así como toda la humanidad. El cuarto piso se llama Firmamento, o Piso de los Pendientes de Sol (Abepõtaribu). Este nivel es el que los Antiguos llamaban Nivel de los Santos, o también Nivel de los Demiurgos. Es la historia de los Antiguos. Los viejos de ese tiempo, haciendo comparaciones con la religión católica, dicen que el Bisnieto del Mundo debe estar allí ahora. Criado por Yebá Buró en el Cuarto de Cuarzo Blanco, no tenía cuerpo. Era espíritu. La religión católica dice que Dios es un espíritu que no tiene cuerpo. En esta parte, mi padre, que está contando, compara las historias de los Antiguos con la religión católica. Dicen que en este nivel debe estar Umukoñehku, el Bisnieto del Mundo, nuestro Demiurgo eterno. Encima de este nivel está la Maloca de encima, la del tercer Trueno. Este es el guardián de los adornos de plumas y los diversos adornos que los Antiguos usaban en las danzas. El Bisnieto del Mundo, creando las capas de tierra, estaba subiendo por el espacio, dirigiéndose a la maloca del tercer Trueno, porque la Abuela del Mundo le había dado la origen de ir allí para pedir los adornos de plumas que se convertirían en la humanidad futura.

Cuando llegó a la maloca del tercer Trueno, la encontró cerrada. La maloca era toda de cuarzo blanco, inclusive la puerta, y nadie podía entrar. Al llegar, Umukoñehku comenzó a calmarlo todo y solo entonces abrió la puerta. Si no lo hubiese hecho así, habría muerto. En el momento en que abrió la puerta, apareció Umukomahsu Boreka, el jefe de los Desana. Boreka era como el hermano del Bisnieto del Mundo. Entraron juntos en la maloca. Al entrar, el Bisnieto del Mundo exclamó: «¡Sów!». Es un saludo de quien llega al dueño de la maloca. Y continuó diciendo:

—«Umukoñehkure mahsãkarimahsu», es decir, «Soy el hombre que vino a visitar al Abuelo del Mundo».

El tercer Trueno respondió:

—«¡Sí, Bisnieto del Mundo!».

Respondió desde el fondo de la maloca, no vino a la puerta para saludarles. En primer lugar llegó su cigarro, seguido por el ipadu, y en tercer lugar el ipadu hecho con la tapioca. Esas cosas llegaron por sí mismas para saludar al Bisnieto del Mundo. Llegaron una a una, llegaron a su presencia, pararon un poco y regresaron al cuarto del Trueno.

Cómo apareció la humanidad

Después de que volvieran el cigarro y el ipadu, Umukosurãpanami se quedó mirando. Vio muchas riquezas: plumas y diversos adornos de los Antiguos. ¡La maloca del Trueno le pareció como un museo! Cuando estaba mirando, el Trueno fue a saludarle. El Bisnieto del Mundo le dijo en ese momento:

—«Vine aquí porque Yebá Buró me mandó pedirle sus riquezas, la Abuela del Mundo. ¡Por eso vine aquí!».

El Trueno respondió:

—«¡Muy bien, mi Bisnieto! ¡Tengo las riquezas que quieres!».

Dicho esto, descendió a su cuarto, cogió un pari usado como defensa del cuarto de jefe, y volvió al lado del Bisnieto del Mundo. Extendió el pari en el suelo, con la mano, apretó su barriga, y salieron de su boca diversas riquezas que cayeron en el pari. Eran acangataras10 y otros adornos de plumas, collares con piedra de cuarzo, collares de dientes de jaguar, placas pectorales, horquillas para sustentar el cigarro. Hizo eso a la vista del Bisnieto del Mundo. Cuando acabó de derramar todo, el Trueno dijo:

—«¡Aquí están las riquezas, mi Bisnieto! ¡Cuando regreses, harás del mismo modo!».
Y le enseñó los ritos que debía realizar.

En ese mismo instante, todas las riquezas se transformaron en gente. Eran hombres y mujeres que llenaron la maloca del tercer Trueno. Dieron una vuelta dentro de la maloca y volvieron a transformarse en riquezas. Esas riquezas serían la futura humanidad. El Trueno dijo entonces:

—«Proceded de esa forma cuando vayáis a hacer que las Malocas de Transformación creen la futura humanidad».

Y colocó todas las riquezas en la mano del Bisnieto del Mundo. En el patio de la maloca del tercer Trueno había un árbol de ipadu. El Trueno dijo, apuntando hacia él:
—«Hay ahí un árbol de ipadu. Tirad cada uno una hoja nueva y tragadla. Cuando sintáis dolor de barriga, encended vuestro turi, dejad caer las cenizas del turi11 en un cuenco de agua y, después, bebed este agua. Y tratad de vomitar en un único agujero en el río».

Cogieron entonces la hoja de ipadu y la tragaron. Cuando comenzaron a sentir dolor de barriga, hicieron como les habían dicho. Al vomitar, allí mismo, aparecieron dos mujeres. Su vómito era como un parto, y de él surgieron las primeras mujeres. El Bisnieto del Mundo dijo a su hermano Boreka:

—«¡Tíralas fuera del agua!».

Umukomahsu Boreka agarró a las dos mujeres por la mano y las tiró fuera del agua, llamándoles «¡Mis hijas!». Les llevaron a la maloca del tercer Trueno para mostrarlas. El Abuelo del Mundo dijo:

—«¡Muy bien! ¡Haced así!».

Vio que hicieron las cosas bien. El tercer Trueno le dijo a Umukosurãpanami:
—«Yo también voy con vosotros para llevar mis riquezas».

Prometió ir con ellos para ayudar a dar forma a la futura humanidad. Una vez hecho, el bisnieto del Mundo volvió al Cuarto de Cuarzo Blanco, donde había aparecido, con todas las riquezas que había encontrado en lo alto y que el tercer Trueno le dio.
Después subió a la superficie de la tierra para dar forma a la humanidad. Se levantó un gran lago llamado Diáahpikõdihtaru, es decir, Lago de Leche, que debe ser el Océano. Mientras subía, el tercer Trueno descendió en este gran lago tomando forma de una boa gigante. La cabeza de la serpiente se parecía a la proa de una lancha. Para ellos, parecía un gran navío a vapor que se llamaba Pamurigahsiru, es decir, Canoa de la Futura Humanidad, o Canoa de la Transformación.

Umukosurãpanami y Umukomahsu Boreka, el jefe de los Desana, subieron como comandantes de esta serpiente-canoa. Llegaron a la maloca del primer Trueno, en el Largo de Leche. Entraron y actuaron siguiendo las instrucciones de Umukoñehku. Allí repitió lo que había sucedido en la Maloca de Encima: los adornos se convirtieron en personas que hicieron un desfile. Dieron una vuelta dentro de la maloca, y después se convirtieron de nuevo en adornos.

Esta Maloca de Leche está al lado de un gran lago que se llama Lago de Leche, es decir, el lago de donde surgió la humanidad futura. Las malocas en la vera del Río de Leche (Diáahpikõ) fueron colocadas allí por el Bisnieto del Mundo junto con Boreka. Esas malocas se llaman Pamuriwi’ri, Malocas de Transformación.

En la frente de este gran lago, al frente de la Maloca de Leche, a su lado derecho, hay otra maloca que se llama Wihõwi’i, o Maloca de Paricá12. Esta maloca fue hecha por Umukomahsu Boreka al surgir con su hermano en ese gran lago. Fue él quien pensó en crear esa gran maloca. Esa maloca es de paricá. Boreka iba a convertirse en un gran pajé, por eso que la crió, aún viniendo con su hermano. Por esa razón la Maloca de Paricá es suya.

Como dije antes, al entrar en la Maloca de Leche hizo como el Abuelo del Mundo le había enseñado en la Maloca de Encima. Al salir de esta maloca, el Bisnieto del Mundo embarcó de nuevo con las riquezas en la gran embarcación. Esta gran embarcación era el tercer Trueno, que venía trayendo las riquezas que se convertirían en la futura humanidad.

Umukosurãpanami venía a pie, en la proa de la embarcación, con su bastón ceremonial. Umukomahsu Boreka estaba en el centro, dentro de la embarcación. Los dos eran jefes de esa gran Canoa de la Transformación, trayendo las riquezas. Subieron por el lado izquierdo del lago, creando Malocas de Transformación. Al llegar a una maloca, se detenían, salían de la embarcación llevando las riquezas y hacían sus ceremonias.

Y en cada maloca sucedía lo mismo: las riquezas se transformaban en personas, con el cuerpo humano, y crecían.

Las primeras malocas están en la vera del Lago de Leche, encima de la Maloca de Leche. Las otras malocas están localizadas en el gran río que es el Río de Leche (Ahpikõmau), otras están en las costas de Brasil, en el río Amazonas, el río Negro, el río Uaupés, y por fin en el río Tiquié. Desde un cierto punto bajaron de nuevo, y continuaron subiendo por el río Uaupés hasta la salida por tierra en Ipanoré.
Subiendo encima de la Maloca de Leche, la Canoa de Transformación llegó a la maloca que se llama Diásorowi’i, o Maloca do Remolino. Allí, ella se detuvo y los dos hicieron una ceremonia con las riquezas. Esta maloca fue creada por Umukosurãpanami y por Umukomahsu Boreka. Subiendo encima de esta maloca, colocaron una maloca que se llama Diábarirawi’i, o Maloca de los que Andan a Gatas. La futura humanidad se convertía en gente y crecía de maloca en maloca, así como los niños pequeños crecen de un año a otro. Así sucedía con ellos.

La embarcación venía por debajo del agua, como un submarino. Las malocas también están debajo de las aguas. Tanto es así que la humanidad vino como Waimahsã, o Gente Pez. Llamamos hoy en día Waimahsãa aquellos que se quedaron en estas malocas. Subiendo hacia arriba, colocaron la maloca que se llama Diámahinawi’i, Maloca de Mirar para Atrás. Allí hicieron ceremonias como de costumbre. Estas cuatro malocas están en la vera del Lago de Leche, a su lado izquierdo. Desde allí subieron el río de Leche y llegaron a la maloca que se llama Diátauwi’i, Maloca de la Presa. Desde allí subieron y llegaron a la sexta maloca, que se llama Diáimikawi’i, Maloca de los Pari. Desde allí subieron y llegaron a la octava maloca, que se llama Diámairiwi’i13. Desde allí subieron y llegaron a la novena maloca, que se llama Diákabukerãwi’i, Maloca del Burbujeo en el Agua. Desde allí subieron a la décima maloca, que se llama Diáimipawi’i, Maloca de Arena. Desde allí subieron y llegaron a la onceava maloca, que se llama Diáwabewi’i, Maloca de los Escudos. Los viejos cuentan que esta maloca está en la costa de Brasil. Desde allí subieron y llegaron a la doceava maloca, que se llama Diánihkuwi’i, Maloca de la Tierra. Ella también está en la costa de Brasil. Continuando con la subida, entraron en el río Amazonas. Llegaron a la decimotercera maloca, que se llama Diápirõwi’i, Maloca de la Serpiente. Los viejos dicen que esta maloca se encuentra donde Manaus está hoy. Desde allí entraron al río Negro y llegaron a la decimocuarta maloca, llamada Diáborerawi’i, o Maloca del Blanqueamiento. Desde allí subieron y llegaron a la quinceava maloca, que se llama Diabaraceruwi’i, Maloca de Baracelu, es decir, Barcelos. Desde allí subieron y llegaron a la decimosexta maloca, que se llama Diámiñapõrãwi’i, Maloca de las Flautas Sagradas. Desde allí subieron a la decimoséptima maloca, que se llama Diádariwi’i, Maloca de la Frutas Uira pixuna. Desde allí, subieron y llegaron a la decimoctava maloca, que se llama Diámariwawi’i14. Desde allí subieron y llegaron a la decimonovena, que se llama Diábehkawi’i, Maloca de los Tapurus. Los viejos cuentan que esta maloca es Tapuruquara. Desde allí subieron y llegaron a la vigésima maloca, que se llama Diábopitawi’i15. Desde allí subieron y llegaron a la vigesimoprimera maloca, que se llama Diámokãkuwi’i, Maloca del Semen. Desde allí subieron y llegaron a la vigesimosegunda maloca, que se llama Diáwairowi’i, Maloca del Cacuri16. Desde allí subieron y llegaron a la vigesimotercera maloca, que se llama Diánahsikapaguwi’i, Maloca del Gran Camarón. Estas malocas, la vigesimoprimera, vigesimosegunda y vigesimotercera, están en São Gabriel da Cachoeira. Desde allí continuaron subiendo y llegaron a la vigesimocuarta maloca, que se llama Diágoriwi’i, Maloca de las Flores. Es la actual Isla de las Flores, en el río Negro. Desde allí continuaron subiendo y llegaron a la vigesimoquinta maloca, llamada Diánekapagãrãwi’i, Maloca de las Grandes Estrellas. Desde allí subieron y llegaron a la vigesimosexta maloca, que se llama Diáuhtãgohowi’i, Maloca de los Diseños Rupestres. Está en Itapinima, ya en el río Uaupés. Desde allí subieron y llegaron a la vigesimoséptima maloca, llamada Diámiñapõrãwi’i, Maloca de las Flautas Sagradas. Desde allí subieron y llegaron a la vigesimoctava maloca, que se llama Diáurisatarowii, o Maloca del Brote de Pupuña17. Desde allí subieron y llegaron a la vigesimonovena maloca, que se llama Diáseewi’i, Maloca de los Bancos.

La humanidad ya estaba formada. Vimos que pasó por muchas malocas, entrando en ellas, transformándose. Por eso ya eran grandes. Desde allí subieron y llegaron a la trigésima maloca, llamada Diábayabawi’i, Maloca de los Cantos. Esta maloca es la principal. Antes de llegar a esa maloca, Umukosurãpanami dijo:

— «La humanidad ya está formada. Estamos en la mitad del viaje, es momento de hacerle hablar».

Notas bibliográficas

  1. Ahpi en Desana: Arbusto (Erythroxylum coca var, ipadu) cuyas hojas son tostadas y machacadas en un majadero especial (ahpideariru). Son mezcladas con las cenizas de una especie de embaúba (ahpimoa, o «sal de ipadu»). El polvo resultante es masticado y engullido. ↩︎
  2. Una maloca es una gran choza que sirve de habitación para un grupo de personas. ↩︎
  3. No es posible traducir esa palabra al portugués o español. ↩︎
  4. Dabuburi es una ceremonia de los pueblos del Alto Rio Negro, que envuelve comida, danza e intercambio de objetos. ↩︎
  5. Ne en Desana (Mauritia flexuosa Mart.). ↩︎
  6. Bebida alucinógena preparada a partir de cipó Banisteriopsis sp., plantado antiguamente en los campos de cultivo. El cipó era golpeado en un mortero propio (gahpipamõrõ) y el polvo resultante disuelto en agua, colado en una cumatá (tamiz fino) que en Desana se llama siruriye, y servido en un cuenco o camuti (gahpisoro). ↩︎
  7. Un pari es una estera de fibra vegetal utilizada, entre otros, como trampa para pescar. ↩︎
  8. Pajé es la persona que cuida de los trabajos espirituales y medicinales en las comunidades indígenas. ↩︎
  9. Tabatinga es un término de origen Tupí que se refiere a una arcilla generalmente blanca, creada por sedimentación.
    ↩︎
  10. Acangatara es una especie de diadema con plumas usada en momentos solemnes. ↩︎
  11. Muhpürimihi en Desana (Licania sp.). ↩︎
  12. Paricá, en lengua general o Nheengatu, es una especie de rapé extraído de la corteza de un árbol llamado gahsiriwihõgu, que es raspada, cocida y tras ser decantada, secada al sol. A estas raspas se añade el polvo rojo del caraiuru (gürüyã en Desana). Colocado en pequeños cuencos o en el hueco de la nuez de tucum, ese polvo era inhalado durante las ceremonias de los pagés. En el día en que hablábamos paricá, los pagés tomaban un caapi o raíz especial, llamado «caapi de pez». ↩︎
  13. Palabra no traducible al portugués o español. ↩︎
  14. Palabra no traducible al portugués o español. ↩︎
  15. Palabra no traducible al portugués o español. ↩︎
  16. Cacuri es un instrumento de pesca. ↩︎
  17. Pupuña o palmera Bactris gasipaes. ↩︎
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